Un día, en el paseo que va hacia la Porta al Prato, encontré a un amigo escritor, el cual hacía poco tiempo que había publicado una novela. Después de haberme hecho hablar sobre temas sin importancia ni para él ni para mí, me preguntó a quema ropa:
-¿Has leído mi novela? ¿Qué te parece?
-La he leído -le repuse en serio- y el consejo de una persona que te quiere es éste: deberías cortar una mitad del libro, y la otra, rehacerla enteramente.
El amigo no dijo nada, pero se le oscureció el rostro y se me despidió apresuradamente. Desde aquella tarde, y nunca he comprendido del todo por qué, daba la vuelta siempre que me veía o bien, si realmente no podía evitar encontrarme, se mostraba conmigo aún más frío que su prosa [...].
Con los amigos escritores es preciso, o bien ser mentirosos, o resignarse a convertirlos en enemigos.
Giovanni Papini. "El espía del mundo", 1955.
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