“Calificarlo (...), y despachar así, de un adjetivazo, toda una obra escrita ciertamente dentro de los contextos estéticos de su época, pero con el pulso de un poeta verdadero y con la sangre del tiempo de una vida heroica (...), digo que es pereza criminal de profesores de manual y ficha, discípulos de Procusto y sordos al espíritu de la letra”
Orlando Araujo
“Yo, (...), soy como la planta acuática: un afán de raíces sin tierra”. Así veía Pío Tamayo (1898-1934), en una carta sin destinatario ni fecha, su eterno destierro por la lucha política en contra del régimen gomecista que por más de veintisiete años dirigió los destinos de Venezuela. De la misma manera, y por razones que más adelante intentaremos esbozar, la crítica y la historiografía literarias venezolanas han valorado de manera injusta –e inclusive ignorado– la obra del escritor tocuyano relegándola a un destierro inmerecido de nuestras letras patrias. Este hecho lo constata una superficial revisión de algunas de las más prestigiosas historias de la literatura venezolana. Mariano Picón Salas, por ejemplo, en su Formación y proceso de la literatura venezolana, no hace mención alguna sobre la obra de Pío Tamayo, afirmando además que la vanguardia venezolana resultó ser sólo un calco tardío: “Lo que pudiera llamarse la batalla vanguardista se inicia –y con marcado retraso en relación con otros países americanos– a la altura de 1930”. Esta misma posición se encuentra en las obras historiográficas de Juan Liscano, Pedro Díaz Seijas y Domingo Miliani, quienes hacen uso evidente del “adjetivazo”, etiquetando, para beneficio del sistema teórico utilizado y en desmedro de la “realidad literaria”, una obra multiforme y diaspórica.
Modernismo y Vanguardismo en Pío Tamayo
Acerca de la vida de Pío Tamayo se conoce relativamente bastante gracias al estudio emprendido por Raúl Agudo Freites y la Cátedra Pío Tamayo de la Universidad Central de Venezuela; sin embargo, su obra ha sido poco y no siempre bien estudiada, aguardando por el análisis crítico objetivo que calibre con exactitud sus valores y permita ubicarla en el panorama histórico de las letras venezolanas.
Limitarse a decir que la poesía de Tamayo se inscribe dentro de la corriente vanguardista y que él es uno de los precursores del vanguardismo en Venezuela, sería caer en el facilismo del lugar común. Y resulta un lugar común, ya que al leer la obra poética de Pío Tamayo hallamos elementos que pertenecen tanto al modernismo como al Vanguardismo conviviendo estéticamente. AL decir de Müller-Bergh:
“En la segunda década del siglo XX el proceso de descomposición y el ensayo de las nuevas formas literarias es evolutivo y mucho más gradual de lo que se había pensado en un principio. A primera vista resulta difícil ver la práctica de la renovación, a veces casi imperceptible porque los poetas todavía no han tomado conciencia o no han advertido el pleno alcance del proceso irreversible que han iniciado”.
Por ello, en Pío Tamayo notamos a un poeta no realizado completamente en el vanguardismo. En el poema “Espera” (1926) se nos presentan catorce versos alejandrinos, con un tradicional esquema fónico: a-b-a-b; c-d-c-d; e-e-f; f-g-g., entretejido con imágenes propias del Vanguardismo: “cántara enana de tu boca” .
En el poemario Canciones de 30 amaneceres y un balance de versos para un día 31 (1925), se presenta un vanguardismo pletórico de imágenes, haciendo uso de los productos de la modernidad: “canto al aviador”, el automóvil, el ruido del klaxon; se hace presente además el juego tipográfico, haciendo un uso consciente del espacio en blanco y el paréntesis para crear la idea de un espacio otro:
“Yo solté mis deseos
hacia la carne suya,
volando como vuela
el polen en abril.
(Esta mañana me ha visto mi patrona,
al calarse el monóculo ojival de la puerta,
conjurar, con tres signos de cábala
y una flor en la mano,
el deseado regreso de aquella desnudez).”
al calarse el monóculo ojival de la puerta,
conjurar, con tres signos de cábala
y una flor en la mano,
el deseado regreso de aquella desnudez).”
(Amanecer del amador desesperado)
Junto con estos elementos vanguardistas (además de la brevedad, el lenguaje llano –aproximado al habla cotidiana–, el versolibrismo y muchos otros), en Canciones de... se encuentran elementos propios del modernismo como los recursos de la métrica y la retórica, tales como la paronomasia:
“Mientras
buen lecho
lecho deshecho
al viento vuela”
(Atónito en el despertar solitario)
El oxímoron:
“El Gobierno. Un énfasis filosófico desordenando el orden.” (Amanecer de los anhelos múltiples)
“El Monasterio. La esperanza de salir
de un vacío sin esperanza.” (Amanecer de los anhelos múltiples)
Y muchos otros recursos retóricos propios del modernismo que hacen de la obra de Pío Tamayo un texto conflictivo, de cierto espesor, con un ojo en el pasado y otro hacia el futuro.
Para finalizar, esquematizaremos las distintas temáticas presentes en la obra poética de Pío Tamayo para un futuro estudio mucho más profundo que el presente.
Las temáticas observadas son:
- La ciudad. Caracterizada por lo protéico, lo cambiante; ruidosa de klaxon y aviones.
- Los personajes marginados. Presentes en las prostitutas, los obreros, etc., siempre vistos como los inocentes.
- La modernización. Vista de manera contradictoria, ya que por un lado anuncia con entusiasmo la “nueva era”: “Dejad que me escape a robar, / a violar planetas” (El poeta enfermo de la fiebre azul); por el otro, existe un dejo de nostalgia y de inminente desastre: “Ay ay ay / con mi nueva cabeza / y el viejo corazón” (El poeta enfermo de la fiebre azul).
- El amor. Nunca realizado; siempre visto como deseo incumplido. “Bajo el recuerdo las memorias giran / y es un gran carrousel el corazón” (Amanecer del amador desesperado).
- La lucha y el compromiso. Materializado en la denuncia en contra de las desigualdades sociales: “Las casas de los pobres / atendiendo instrucciones / de los ricos / empujan al trabajo / a sus moradores” (Enjabonados los ojos).
Y muchas otras que quedan en la alforja de las intenciones...
"...volando como vuela el polen en abril".
ResponderBorrarQué hermoso.
Así como en ocasiones una imagen vale más que mil palabras, hay veces en que las palabras construyen una imagen imposible de ver con los ojos.
Saludos,