09 diciembre, 2011

Válvula en facsímil

EL NACIONAL - Lunes 05 de Diciembre de 2011Escenas/2

Escenas

Válvula en facsímil

PALABRAS SOBRE PALABRAS
LETRAS

FRANCISCO JAVIER PÉREZ


E l estudio de nuestras publicaciones periódicas reporta una de las experiencias más apreciadas en la investigación cultural. Duermen en ellas, tanto del siglo XIX como del XX, gran parte de la producción literaria, científica y de pensamiento, ésa que aún no ha podido entrar abiertamente en el saldo de las mejores consideraciones.

Mucho y bueno de la creación intelectual está aún por descubrirse en las revistas y periódicos venezolanos.

Todo esfuerzo que se haga en la dirección de hacer conocer y de rescatar el patrimonio escriturario será recibido con beneplácito, pues significará un paso al frente en la complicada tarea de conocernos en nuestra literatura y en las ideas que ella motiva.

Son estos algunos de los afectos que se hacen presentes ante la edición facsimilar de la revista Válvula que acaba de aparecer en Mérida bajo el sello de las Ediciones Actual y de un conjunto de instituciones auspiciantes, tales como la Universidad de los Andes, representada por el Instituto de Investigaciones Literarias Gonzalo Picón Febres y la Dirección General de Cultura y Extensión, la Universidad Nacional Experimental de Guayana y su Centro de Investigaciones y Estudios en Literatura y Artes y la Fundación UNEG.

La presentación de la edición ha corrido a cargo de los profesores Roger Vilain y Diego Rojas Ajmad.

El primer y único número de Válvula apareció en enero de 1928. El copulativo texto "Somos" con el que se inaugura, cuya redacción se atribuye a Arturo Uslar Pietri, señalará el rumbo y destino de las vanguardias literarias en el país y la potencia con las que a partir de ese momento quedan instaladas: "Somos un puñado de hombres jóvenes con fe,con esperanza y sin caridad.

Nos juzgamos llamados al cumplimiento de un tremendo deber, insinuado e impuesto por nosotros mismos, el de renovar y crear. La razón de nuestra obra la dará el tiempo. Trabajaremos, ¡compréndasenos o no! Bien sabido tenemos que se pare con dolor y para ello ofrecemos nuestra carne nueva.

No nos hallamos clasificados en escuelas, ni rótulos literarios, ni permitiremos que se nos haga tal, somos de nuestro tiempo y el ritmo del corazón del mundo nos dará la pauta".

Afectos futuristas y surrealistas se hermanan con los destellos finales del modernismo para gestar una nueva visión de lo venezolano criollo. Se imponen construir una distancia y el trayecto les dará grandeza: "Llanero,/ caballero/ de las tierras estiradas,/ no eres un centauro,/ eres sólo un hombre aguzado hacia el peligro" (Julio Morales Lara).

Idea nueva de la nacionalidad: "A Bolívar no se le deben levantar estatuas./ Debe ser un martirio la cadena del bronce/ para el hombre que era la suprema libertad" (Miguel Otero Silva).

Premoniciones fatales habitan en los espitados: "Venezolanito que ordeñarás tu cielo,/ ¡ten cuidado!,/ no vayan a robarte las estrellas" (Pedro Sotillo). Se publican en sus páginas "El cortesano" de José Antonio Ramos Sucre y "La mujer que no vimos" de Fernando Paz Castillo. Muy singular, el poema "Vocales" de Pedro Rivero: "futurismo/cubismo/ ángulos entrantes/ y salientes/ proas/ camouflage/ los mástiles de los rascacielos/ hacen cosquillas a los astros".

Felicitamos el acierto y nos congraciamos con su difusión.

24 agosto, 2011

José Gumilla y el café

Guayana es territorio de primicias. En estas hermosas tierras nació la primera miss Venezuela, Sofía Silva Inserry; aquí, en El Callao, se jugó el primer partido de fútbol del que se tenga noticia en el país. Aquí, en Ciudad Bolívar, se imprimió El Correo del Orinoco, primer periódico patriota y se fundó aquí, en Upata, la primera Academia Venezolana de la Historia.

Otra de las grandes primicias que nos ofrece Guayana está en ser el lugar donde se sembró la primera planta de café en Venezuela. El padre jesuita José Gumilla fue quien trajo el café a nuestra región en el año de 1730. En su libro “El Orinoco ilustrado”, texto en el cual describe su labor misionera, Gumilla relata ese momento diciéndonos: “el café, fruto tan apreciable, yo mismo hice la prueba, le sembré y creció”.

José Gumilla, a lo largo del Alto Orinoco, fundó pueblos, estudio lenguas indígenas y se dio a conocer como civilizador inteligente y perspicaz. Además de todo ello, Gumilla nos legó el rico sabor y aroma que disfrutamos cada día en una humeante taza de café.

23 agosto, 2011

Guayana es... Lulú Basanta


María Lourdes Basanta es un perfecto y hermoso sinónimo de calipso. Conocida también como Lulú Basanta, esta destacada promotora de la cultura popular nació en El Callao, en 1932, y formó parte de las famosas comparsas de Isidora Agnes. Su nombre trascendió fronteras gracias a la labor como compositora de calipsos y entre sus obras más conocidas se encuentran “La Negra Isidora”, hecha como homenaje a su entrañable amiga Isidora Agnes, y “Guayana es…”, compuesta en 1966 para fijar posición ante el conflicto limítrofe con Guyana por la posesión de Anacoco, isla fluvial de 28 kilómetros cuadrados ubicada al este del estado Bolívar.

En una estrofa de la canción, Lulú Basanta reitera los límites de Guayana, afirmando la soberanía de nuestro territorio y diciendo con ello que las dimensiones del territorio venezolano no tenían discusión:

“Orinoco al norte
Brasil por el sur
Esequibo al este
Colombia al oeste
ese es el cuadrante
de nuestra Guayana
y toda esa tierra,
toda esa tierra
es venezolana”.

Lulú Basanta murió en el año 2010 dejándonos un legado de alegría que identifica a toda nuestra región Guayana.

22 agosto, 2011

La Negra Isidora


Isidora Agnes, mejor conocida como “La Negra Isidora”, fue una mujer excepcional, cultora del calipso y embajadora de El Callao, hasta el punto de hacer de ese pueblo minero del sur del estado Bolívar un lugar de referencia cultural en el mundo. La Negra Isidora nació en el año de 1923 y su empeño por preservar las tradiciones de su terruño la hizo organizar comparsas y hacer de los carnavales una fiesta que lograra estrechar los lazos de la comunidad.

Perseverante luchadora social, Isidora fundó sindicatos para la defensa del minero y de los habitantes de El Callao y desde su condición de militante del partido Acción Democrática dio refugio a los perseguidos políticos de la dictadura perezjimenista. A pesar de su militancia partidista, jamás aceptó tocar sus tambores para el partido. Dijo una vez al respecto: “mis tambores son apolíticos y en mis comparsas danzan adecos, copeyanos, urredistas, comunistas, masistas y los venezolanos todos juntos”.

La Negra Isidora muere de leucemia en el año de 1986 y, tras los honores militares ordenados por el presidente de la República, su cuerpo fue llevado al cementerio al son de una comparsa de calipso brindado por su pueblo querido.

La Negra Isidora seguirá con vida mientras siga sonando un bumbac y un calipso sea entonado con alegría por las calles.

21 agosto, 2011

El avión de Jimmy Ángel


El Salto Ángel, ubicado en el Parque Nacional Gran Sabana, es la caída de agua más alta del mundo, con una altura aproximada de 1.000 metros, y debe su nombre al aviador norteamericano Jimmy Ángel. La existencia de este majestuoso salto de agua era conocida con anterioridad por los indígenas de la región y abundan testimonios de españoles y venezolanos que ya habían avistado el inmenso tepuy de cortina líquida. Fueron precisamente esas descripciones y mapas que señalaban el salto los que motivaron a Jimmy Ángel a sobrevolar el tepuy en el año de 1937. Ángel intentó aterrizar en la meseta del Auyantepuy y sorpresivamente se encontró con que la superficie era un inmenso fangal cubierto de gramíneas. Con el avión semihundido en la cima del tepuy, Jimmy Ángel emprendió una larga travesía a pie, cruzando la selva para regresar a su hogar. El avión permaneció en ese mismo lugar durante 33 años y fue en 1970 cuando la Fuerza Aérea Venezolana inició el rescate del avión de Ángel. El avión, restaurado, permanece hoy exhibido en el Parque Ruiz Pineda de Ciudad Bolívar, como un homenaje a la aventura y el valor humanos.

20 agosto, 2011

Monstruos de Ciudad Guayana

Las historias de apariciones y fantasmas son comunes en tierras guayanesas. Existen relatos de seres fantásticos como “El peludo de Polanco”, animal misterioso que atemoriza a los bañistas del río Orinoco o “La carona de Caris”, sirena que convive con los pescadores de Ciudad Bolívar. Otros seres como “El caballo de tres patas” o las apariciones de duendes y chivos demoníacos son parte del imaginario colectivo de nuestra región.

Estos relatos, sin embargo, no son exclusivos de pueblos y pequeñas comunidades. En nuestra Ciudad Guayana, gran urbe de más de un millón de habitantes, también deambulan seres de otros mundos que alimentan la creencia popular. Es muy conocido, por ejemplo, el relato de los fantasmas del antiguo cementerio de San Félix, demolido en 1979 y sobre el cual fue construida la actual Plaza Miranda. Los vecinos de San Félix evitan pasar por ese lugar a la medianoche pues, según se rumora, es la hora durante la cual salen los antiguos moradores del cementerio. Otra historia es la de algunas mujeres de San Félix que cada cierto tiempo se reúnen en aquelarre y se transforman en aves, o la del empresario, dueño de una gran tienda comercial ubicada en Puerto Ordaz, quien vendió su alma al diablo y se convierte, de vez en vez, en un extraño animal con pezuñas.

Los relatos de apariciones y fantasmas son parte de nuestra cultura y siempre encierran una historia que nos identifica.

01 marzo, 2011

Estampas de la vieja Guayana


Angostura, hoy Ciudad Bolívar, fue el puerto fluvial más importante de Venezuela durante la época colonial, las primeras décadas de la vida republicana y aún, durante las primeras décadas del siglo XX. El mismo Humboldt, en su descripción de las regiones equinocciales del Nuevo Mundo, habla de Angostura como el puerto de mayor ventaja entre los existentes en Venezuela, por encima de Puerto Cabello y La Guaira.

Las costas del Orinoco eran entonces puerta de entrada cotidiana para embarcaciones venidas de diversas latitudes. Goletas, bergantines, balandras y lanchas llegaban de San Fernando, Nutrias, Camaguán, Cumaná, Pampatar, Upata, Arauca, Trinidad, Liverpool, Bremen, Tobago, Cuba, Nueva York, Martinica, Barbados, Hamburgo, y un largo etcétera que está inscrito en las listas oficiales de desembarco de la época.

En esas naves, a la par que nuevas mercancías, llegaban idiomas ajenos, diversidad de impresos, ideas divergentes. Ciudad Bolívar era entonces una urbe con una prominente oferta de bienes culturales como periódicos, libros, obras de arte, compañías de teatro, cines, orquestas, entre otras, que venían a satisfacer la demanda de los guayaneses de finales del siglo XIX.

Hoy, Ciudad Bolívar lucha contra el olvido y la desidia, soñando con los esplendores de su pasado.

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En 1899 un grupo de jóvenes intelectuales de Ciudad Bolívar se reunió para fundar el Centro Científico-Literario. A este centro, que servía de excusa para las amenas y sesudas tertulias, acudía Bartolomé Tavera Acosta, Luis Felipe Vargas Pizarro, Luis Alcalá Sucre, José Manuel Agosto Méndez, Luis A. Natera Ricci, Saturio Rodríguez Berenguel, entre otros universitarios guayaneses de la época. El Centro Científico-Literario de Ciudad Bolívar publicó y logró mantener por quince años la revista Horizontes, medio que servía de órgano de difusión de dicho centro. Esta revista, de periodicidad mensual, vio la luz el 30 de enero de 1899, y es comparable por su singularidad y prestigio, según señalan algunos investigadores, a El Cojo Ilustrado, una de las mejores revistas culturales de Hispanoamérica que existió a finales del siglo XIX y principios del XX.

El último número de la revista Horizontes, el 131, apareció el 31 de octubre de 1914. La guerra europea había hecho escasos el papel y otros insumos para la imprenta. Por ello la revista, luego de 15 años de existencia y de circulación nacional e internacional, finalizó su influencia en la vida cultural venezolana.

Hoy la revista Horizontes, a pesar de su importancia, yace olvidada en algunos de los estantes de la Biblioteca Nacional de Caracas.

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El nombre de Monseñor Zabaleta es usado hoy día para designar varias instituciones y edificaciones de Ciudad Guayana: dos liceos, una avenida, un centro comercial y la terminal de pasajeros de San Félix ostentan el nombre de este insigne religioso español.

Llegado a San Félix a principios de la década de los 50, Francisco Javier Zabaleta Lizarraga venía de realizar una significativa obra social en Tumeremo y de luchar por la dignificación de los indígenas del Delta y de la Gran Sabana.

Flaco hasta el extremo, de pelo blanco como la sotana que usaba de indumentaria, Monseñor Zabaleta se caracterizó por su absoluta sencillez y pobreza en su modo de vida y por su inagotable fuerza y sensibilidad ante los problemas humanos. Desde su posición de prelado, incentivó la creación de liceos, carreteras, puentes y siempre tuvo como norma ayudar a los más necesitados.

El 23 de enero de 1958, cuando cayó la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, Monseñor Zabaleta se arriesgó a subir a las 3:30 de la madrugada a su campanario a medio construir para hacer sonar las pesadas campanas de la iglesia y anunciar así a los guayaneses la llegada de la democracia.

En 1981 partió a su España natal, siempre con la esperanza de regresar y volver al San Félix de su vida. Pudo hacerlo una vez más en 1989 y murió un mes después, a la edad de ochenta años.

El nombre de Monseñor Zabaleta quedó eternizado en Guayana, donde lo recordarán por siempre como el sacerdote de la humildad.

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Antonio Lauro fue el primer compositor venezolano cuya obra resultó conocida, estudiada e interpretada en el mundo entero. Su nombre forma parte del repertorio universal de la guitarra. Sin embargo, muy pocos saben que este músico de renombre internacional nació en Ciudad Bolívar en el año de 1917, en una casa que aún existe y que hace esquina con la plaza Bolívar, entre las calles Amor Patrio y Constitución. En esa Ciudad Bolívar de su infancia aprendió el pequeño Lauro el amor por la música, quizás aprendiendo primero de su padre, barbero, músico y compositor, quien murió tempranamente, cuando Antonio Lauro contaba apenas con 5 años de edad. Ya de adulto, y reconocido como el gran compositor venezolano, recordaba siempre la influencia temprana de su padre en su formación musical, diciendo que la profesión que tomó fue siempre un homenaje a su padre.

Uno de los valses más conocidos de Antonio Lauro es el que lleva por título “Natalia”. Compuesto en 1940, fue grabado por vez primera en 1955 y en los créditos el autor aparece como un compositor argentino. Plagiada muchas veces y grabada sin la autorización previa de Lauro, esta obra recorrió el mundo ganando cada vez mayor aprecio y fama sin saber el público que un bolivarense había compuesto tan extraordinaria maravilla.

En 1986, a la edad de 68 años, muere Antonio Lauro, aguardando aún por el reconocimiento de Ciudad Bolívar como una ciudad de un esplendoroso legado musical y dejando tras de sí una larga estela de melodías que alegran al mundo.

14 enero, 2011

Anormales

Universidad de Los Andes
Facultad de Humanidades y Educación
Instituto de Investigaciones Literarias “Gonzalo Picón Febres”
Maestría en Literatura Iberoamericana


X Encuentro de Investigadores de Literatura
Venezolana y Latinoamericana

Mérida, del 29 de junio al 01 de julio 2011.


ANORMALES


PRESENTACIÓN:

Este X ENCUENTRO DE INVESTIGADORES DE LITERATURA VENEZOLANA Y LATINOAMERICANA tiene como objetivo reflexionar en torno a la noción de anormalidad. Un punto de partida puede ser el planteamiento de la relación entre el anormal y el poder, o el anormal y el deseo. El anormal se construye como efecto y resultado del distanciamiento de una norma, es decir, que es la distancia existente entre una conducta determinada y la normatividad política, jurídica, médica, familiar que subyace a toda episteme, la que establece si dicha conducta se inscribe en los parámetros de salud o enfermedad, de legalidad o ilegalidad, de normalidad o anormalidad y, por consiguiente, si debe o no ser sometida a procedimientos de corrección y control. De esta forma, cada época tiene sus propios monstruos y sus propios anormales, en cada momento histórico la anomalía responde a saberes e imperativos distintos que son los que establecen los límites a partir de los cuales un sujeto deviene peligroso y amenazante para la sociedad porque, con su conducta o estado, interrumpe el sentido soberano desestabilizándolo mediante su diferencia. Es en esta frontera que a la vez abre y cierra el paso a lo que de humano es permitido o no, donde el sujeto anormal tiene lugar y donde despliega su potencia perturbadora.
Por lo que se refiere concretamente a América Latina, los anormales suelen aparecer en la historia literaria y artística como “casos” difíciles de resolver; y su manifiesta marginalidad los convierte en potentes “enigmas” capaces de arrojar luces sobre los procesos sociales y culturales en los que se encuentran inmersos.
Estas Jornadas proponen una reflexión, sin ninguna pretensión de clasificación o de categorización, sobre diferentes formas de alteridad-anormalidad, desde las más estereotipadas por la sociedad y cultura como los son las putas, los locos, las brujas, los monstruos, los asesinos, los adictos, los criminales, por mencionar algunas, hasta las menos predecibles y precisas en las que lo anómalo encarna una potencia significante y políticamente desestabilizadora capaz de producir saberes, cuerpos, lógicas “otras”. Es decir, devenires menores que transgreden las fronteras de la norma abriendo el sentido hacia derroteros que desafían la inteligibilidad misma de la interpretación.

PONENCIAS:

Los interesados deberán enviar, por correo electrónico, antes del 1 de mayo, la ficha de inscripción personal y el resumen de su ponencia a la siguiente dirección electrónica: alconber@gmail.com El resumen constará de unas 10 líneas o 200 palabras y en él debe aparecer el nombre y la dirección electrónica del autor, el título del trabajo y tres palabras que lo identifiquen.

El texto integral de la ponencia deberá consignarse el día de su lectura, tanto en c.d. como en forma impresa. La exposición de los trabajos no podrá exceder los 20 minutos y su extensión en papel no deberá superar las 12 páginas (unos 20 mil caracteres).

Sólo se aceptarán las ponencias aceptadas por el Comité organizador mediante comunicación escrita.



FICHA DE INSCRIPCIÓN PERSONAL:
Apellido y nombres: ...........................................................
Dirección: ...........................................................................
Teléfono: ............................................................................
Dirección electrónica: .........................................................
Categoría en que participa:
□ Expositor
□ Asistente
Datos laborales (cargo, institución):.....................
Dirección:..................................................................
Título de la ponencia:..............................................
MESA:......................................................................
*Anexar resumen (máximo 200 palabras)


Por el Comité Organizador:

Álvaro Contreras
Coordinador del evento.