Para 1890, Mérida estaba comprendida por unas escasas calles neblinosas cuya salida hacia el páramo se encontraba en Belén y no por la Vuelta de Lola, como lo es en la actualidad. En esta zona se encontraba una hacienda llamada La Laguneta, debido a que justo donde comienza la salida hacia el páramo, en la primera curva pronunciada que encontramos y que rodea un extenso terreno cercado con un letrero de propiedad privada, se hallaba una grande y profunda laguna en donde se realizaban paseos en canoa. El sábado 23 de agosto de 1890, a las tres de la tarde, diversas personalidades de la ciudad se encontraban allí disfrutando del fin de semana. En una de las canoas iba Epiménides Febres Cordero, Secretario del Gobierno Seccional de Mérida; el Doctor Manuel Troconis, Vicerrector de la Universidad de Los Andes; Andrés L. Piñero, director del Coro Andino, quien iba tocando flauta y Ramón Sáez, joven músico quien iba tocando la guitarra. De pronto la canoa comenzó a inundarse, y cuando todos advirtieron el peligro ya era tarde; la única opción era lanzarse al agua. Hubo gritos, ajetreos, intentos de rescate con una soga, pero el destino final ya estaba escrito: los cuatro hombres morirían ahogados. Durante tres horas permanecieron los cuerpos sumergidos en el agua, de donde no fue posible sacarlos sino por medio de un garfio. El luto invadió a la ciudad por la muerte de estas personalidades públicas y de renombre. Como venganza, la laguna fue secada, abriéndole un canal. Del hecho, sólo nos queda la presencia del hondo hueco en donde se hallaba la laguna.
Qué historia... me recordaste una inversa, la de un pueblo cercano a Caripe que se inundó después de que decidieran expandir los dominios de la laguna local por culpa de una represa. Siempre que paso por allí -todos los diciembres- me imagino con una escafandra y unas chapaletas, metiéndome en las casas bajo el agua, sentándome en sus muebles, nadando por las calles.
ResponderBorrarUn saludo y gracias por el rapto, por activar los engranes de los plácidos recuerdos.
Me gusta tu blog, es diferente!..
ResponderBorrarEste texto en especial me trajo recuerdos, de las viejas historias que solia crear.. (ahora no, pues mi musa parece haber muerto ya hace muchos años)
:)
Gracias Capo y Alejandra por los comentarios. No desistas Alejandra, toma la iniciativa del Capo y zambúllete en la imaginación para que retomes la escritura...
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