24 abril, 2007

Cuentos Grotescos

José Rafael Pocaterra (1888-1955) es una de las figuras que inicia la crítica y renovación de la literatura venezolana. Cierto es que en la obra de Pocaterra (en especial "Cuentos grotescos", 1922) hallamos aún elementos modernistas. Y esto no es de sorprender, pues ese era el sistema literario imperante y todo movimiento es un aporte, un sedimento que deja un nuevo elemento al arte en general. Los elementos modernistas presentes en "Cuentos grotescos" están determinados por la moraleja como partícula didáctica que relaciona la obra de Pocaterra con la literatura medieval, que hacía uso de la alegoría moralizante con intención ética y teológica.

En "Cuentos grotescos" se nos presenta una colección de textos que defiende el “realismo” y que rechaza todo tipo de preciosismo en la literatura:

“Hace ya tiempo, (...) el “preciosismo” que se impuso la tarea de desprestigiar la difícil facilidad a punta de retorcimientos y palabras escogidas y de imágenes tomadas a la música, a las artes plásticas y aun a la repostería (...), ha venido intentando (...) sacar de quicio el concepto de claridad, de simplicidad, de escueta belleza (...), de equilibrio en la arquitectura de las grecias frente a las babilonias de jardines colgantes”.

Esa intención de realismo propiciaba un acercamiento a personajes y temas proscritos de la literatura modernista: el mendigo, el burgués mediocre, el desertor, la infidelidad, la fealdad... Es, igualmente, "Cuentos grotescos" una colección de parodias hacia esos “tipos” creados por el modernismo, parodia que muchas veces remite a un humor sarcástico, de burla, siempre en contra de la burguesía y de las posturas del “afamado escritor”, crítica a la aristocracia del pensamiento.

En Pocaterra, entonces, al decir de Luis Barrera Linares: “sus nociones sobre ‘literatura’ como las funciones del cuento, reflejan una posición muy firme acerca de lo que debe ser la narrativa. Intencionalmente, se muestra contrario al preciosismo, al retorcimiento de la historia contada y al malabarismo lingüístico. Visto dentro de su contexto histórico concreto (una dictadura feroz, en lo político; un movimiento artístico dominado por las nociones de la ‘belleza verbal’ y la ‘evasión’, en lo literario; un país de mucho analfabetismo, en lo educativo; una sociedad ulcerada en lo social), su propuesta narrativa se basa en la consideración de lo que actualmente se pudiera catalogar como una ‘contraliteratura’”.

Esa innovación en cuanto a personajes, temas, estética tosca, breve, fragmentaria, “grotesca”; con humor sarcástico, paródico, satírico, hacen de "Cuentos grotescos" una obra de reformulación, de crítica, que abriría nuevos cauces a la literatura venezolana.

23 abril, 2007

El Hiro Onoda de la escritura

Buscar la palabra perfecta, hallar la coma que resplandezca en el sitio adecuado. Llenar cuartillas con ímpetu desenfrenado y echarlas luego en la papelera con el ánimo presto a llenar nuevas páginas. Ser constante, no desmayar nunca. Ser un Hiro Onoda de la escritura.
Hiro Onoda fue un teniente del ejército japonés quien durante la Segunda Guerra Mundial defendió su puesto militar en una Isla desierta. Onoda se mantuvo vigilante en su puesto aún habiendo culminado la guerra. Su mismo padre fue en su búsqueda para convencerlo de que entregara sus armas porque ya todo había concluído. Onoda se negó y se mantuvo durante 28 años en perpetua vigilancia, constante, anhelando la batalla final y perfecta. Fue el 10 de marzo de 1973 cuando Hiro percibió en la lejanía del mar la llegada de un barco y fue justo el momento cuando decidió entregar su armas. El barco no llevaba más que unos turistas, quienes se sorprendieron en el momento en el cual aparece Hiro entregándose como prisionero.
Quizás en ese preciso instante Hiro Onoda había alcanzado diseñar la estrategia militar perfecta y decidió anularse.
Quizás al alcanzar la escritura perfecta nos hundimos en el silencio...

La mujer y el periodismo


Debido a la poca información que existe sobre la actividad intelectual de las mujeres en el siglo XIX venezolano, es difícil determinar cuándo se le comienza a dar cabida a sus escritos en la prensa. Si revisamos “La Gazeta de Caracas”, primer periódico venezolano, hallamos en su editorial del primer número una invitación a las mujeres a participar con colaboraciones; invitación fallida puesto que no encontramos a lo largo de toda la existencia del periódico colaboración alguna escrita por mujer:

Se suplica por tanto á todos los Sugetos y Señoras, que por sus luces é inclinacion se hallen en estado de contribuir á la instruccion publica, y á la inocente recreacion que proprociona la literatura amena, ocurran con sus producciones, en Prosa o Verso, á la oficina de la Imprenta (sic) (24 de octubre de 1808).

En cuanto a los inicios de la mujer venezolana en la prensa, Yolanda Ramón, en su libro “La mujer en la vida nacional y en la prensa”, nos dice al respecto:

“El Rayo Azul” (1864) semanario literario del Zulia editado por Perfecto Jiménez, es quien inicia a la mujer en el periodismo al aceptar colaboraciones femeninas.
Probablemente, la mujer venezolana ya había participado en la prensa nacional a consecuencia de haber intervenido en la política, pero no se hallaron datos anteriores a “El Rayo Azul”, quedando –para efectos de este libro– tal semanario como punto de partida para la historia de la mujer en la prensa.

No fueron pocas las mujeres que escribieron en periódicos y revistas; generalmente relatos, ensayos, novelas románticas y poemas, representan el grueso de la producción femenina. Como vimos, “El Rayo Azul”, semanario literario publicado en el Zulia en 1864, es el punto de partida de la participación de la mujer en la prensa venezolana, según el trabajo de la periodista Yolanda Ramón. Pero en dicho estudio encontramos varios ejemplos más: “Ensayo Literario”, revista semanal caraqueña que se publicó en 1872, redactada por Isabel Alderson. “El Mensajero de las Damas”, semanario dirigido por Ramón Escobar “para entretener e instruir a las mujeres”, publicado en 1887 en Barquisimeto. “El Ávila”, semanario de literatura, poesía y bellas artes, publicado en Caracas en 1891. “El Problema”, publicación político-literaria caraqueña, de 1891, dirigida y redactada por Rosalina González, en cuyo primer número puede leerse:

Extraño en verdad parecerá mi prospecto a los que no quieren ver a la mujer ejerciendo otras funciones que las domésticas [...] Los adelantos ceden al impulso de los siglos y la mujer de hoy sin prescindir de esos atributos que son en su luminosa marcha la gala más preciada, responde enérgica olvidando la negligencia de ayer [...]. Al lanzarme en la escabrosa senda del periodismo no ignoro ni lo ingrato de sus labores ni las responsabilidades que lo afectan [...]. La mujer viene a completar este aserto: relegada a vivir vida material, las expansiones de su espíritu se ahogaban en los oscuros claustros. Las ideas morían por asfixia en su cerebro, hasta que, en nombre del derecho natural, se les ha concedido figurar en el palenque de las discusiones públicas...

Entre las mujeres que pudieron dejar su huella en la prensa venezolana del siglo XIX quedan los nombres de Isabel Anderson, quien tuvo a su cargo la redacción de la revista “Ensayo Literario”; Concepción Acevedo de Taylhardat, quien fundó “Brisas del Orinoco”, “El Ávila” y “La Lira”; Rosalina González, directora de “El Problema”; Ana Yépez, fundadora de “Alondras” o Concepción Godoy, quien fuera directora de “El Recreo de las Damas”. Incluso en “El Cojo Ilustrado” (1892-1915) figuraron nombres de escritoras: Magdalena Seijas, Mercedes Guevara Rojas de Pérez Freites, Polita De Lima de Castillo, Carmen Brigé, Virginia Gil de Hermoso y Luisa Queremel, son algunos de ellos.
En 1861 se publica en Caracas un periódico titulado “La Floresta, Álbum de Señoritas”; en el número 8 “Modesta” escribe:

¡Qué injustos son los hombres con nosotras y en cuántas perplejidades nos pone esa injusticia! Si somos moderadas, nos dicen selváticas y campesinas, y si francas, nos llaman malas y descaradas.
Si somos festivas nos llaman coquetas y si serias, orgullosas.
Si cultivamos nuestro espíritu y hablamos con propiedad, nos llaman bachilleras, cultiparleras y fastidiosas, y si ocultamos lo que sabemos, tontas y necias...

Esa conciencia de discriminada, esa alborada de una “cultura femenina de la revuelta”, para decirlo con palabras de Kristeva, era ya denuncia a viva voz en la Mérida de finales del siglo XIX:

¡Cuarenta siglos de abyección y de ignominia: cuarenta siglos durante los cuales la muger no ha sido la señora que manda, pero ni aun la grata compañera del hombre, sino su vil esclava: cuarenta siglos de desesperante agonía, sin asilo al pudor, sin refugio a la inocencia!” (“Discurso de la señorita Teresa Carnevali”. “El Canario”, 30 de septiembre de 1877).

Sin embargo no todos los testimonios eran un signo de rebeldía, pues fueron muchos los discursos de carácter moral y religioso que estaban escritos por mujeres o dirigidos a ellas; por ejemplo, transcribimos parte del editorial del periódico merideño “El Mensajero del Hogar” (21 de abril de 1877): “El hombre brilla fuera: la mujer en el hogar doméstico. El hombre sostiene y proteje (sic) la familia: la mujer la encanta con sus gracias”.
En definitiva, esta sucinta aproximación a la presencia de la mujer en la prensa venezolana del siglo XIX, nos muestra una rica y variada gama de valores y actitudes que anula una perspectiva, por lo demás caduca y falta de imaginación, que confina la participación femenina en la vida de los pueblos a un simple “estar sin más”, una convidada de piedra inimaginable...

22 abril, 2007

Los muchachos no lloran



Vuelve esta semana a meterse en mi cráneo la melodía de The Cure. Quizás mañana, en el comienzo de una nueva jornada, el ruido de la calle y el rumor de los pasillos borren estas notas y me hagan tararear otras canciones…

The Cure. “Boys don't cry”

I would say I'm sorry
if I thought that it would change your mind
but I know that this time
i have said too much
been too unkind
I try to laugh about it
cover it all up with lies
i try and laugh about it
hiding the tears in my eyes
because boys don't cry
boys don't cry
I would break down at your feet
and beg forgiveness
plead with you
but I know that it's too late
and now there's nothing I can do
So I try to laugh about it
cover it all up with lies
i try to laugh about it
hiding the tears in my eyes
because boys don't cry
boys don't cry
I would tell you
that I loved you
if I thought that you would stay
but I know that it's no use
that you've already
gone away
Misjudged your limit
pushed you too far
took you for granted
i thought that you needed me more
Now I would do most anything
to get you back by my side
but I just keep on laughing
hiding the tears in my eyes
because boys don't cry
boys don't cry
boys don't cry

La familia latinoamericana de Pedro Malazarte

El personaje del pícaro hispanoamericano posee su antecedente remoto en la península ibérica, lugar desde donde los conquistadores lo trajeron en sus naos. Aquí tuvo adaptaciones en su ropa, nombre, lenguaje, según el país al que llegaba, pero mantuvo intacta su especial forma de ser: origen humilde, ingenioso al máximo, se burla, aunque sin maldad, de los crédulos o de quienes intentan perjudicarlo. Puede llamarse Pedro Malazarte (Brasil), Tío Conejo (Ecuador, Nicaragua), Pedro Rimales (Venezuela) o Urdemales (Guatemala, Argentina), pero siempre actúa guiado por el desafío de la aventura, el hambre, o la necesidad de salir de un apuro. A través de la sonrisa inevitable que provocan, sus historias han perdurado en la tradición de los distintos pueblos, que se hacen cómplices de aquel que sabe usar su ingenio ante el peligro, o ante el abuso de los poderosos, los egoístas y los ambiciosos.
Nuestro personaje ha tenido una variada y pomposa genealogía: Cervantes lo tenía en la "Comedia Famosa de Pedro Urdemales", impresa en Madrid en 1615. Ha figurado también en el libro español la "Lozana andaluza", publicado en los comienzos del siglo XVI; a mediados de este mismo siglo, Alonso Jerónimo de Salas Tabardillo publicó "El Sutil Cordovés Pedro de Urdemales", y en el "Vocabulario de Refranes", de Gonzalo Correa, publicado en el primer tercio del siglo XVII, aparece el pícaro de marras. Hasta tiene un antecedente en Alemania, llamado Till Eulenspiegel.
Con todos estos antecedentes se le ha hecho nacer en Chile en una "Historia de Pedro Urdemales", que se escribió en 1885. En México, Virginia Rivera R. de Mendoza recoge sus cuentos en Tlaxcala; en Nuevo México relata sus aventuras Aurelio M. Espinosa; en Puerto Rico, J. Alden Mason; y en Honduras, Alberto Membreño.
Este personaje, olvidado en España, anda por América urdiendo malas artes, contando sus cuentos y haciendo truhanerías, ya llamándose Urdemales, Undemales, Undimales, Urdimales y Malazarte.
En la región nordestina del Brasil, Malazartes ha recibido también otros nombres: João Grilo, Cançao de Fogo, Amarelinho y Quengo. Ligia Vasallo nos da una completa descripción de Malazarte:

Se trata de un heredero del trickster de las sociedades etnológicas, ser sagrado y violador del tabú, lo que explica sus poderes mágicos y su carácter ambivalente de benefactor y malintencionado al mismo tiempo. Individualista al extremo, bufón y héroe, se hace víctima de sus propios ardides y se identifica con el gran antagonista, el astuto imbatible de las historias populares y el anti-héroe por excelencia. Él resuelve sus impases de modo muy singular, sin perturbar por ello el orden establecido. Ridiculiza y rechaza todos los símbolos del poder y la jerarquía vigentes en la sociedad, usándolos en provecho propio, sin jamás integrarse al orden estructural.

Malazarte es el personaje generador de la carnavalización, de aquella que nos habló Bajtín, al trastocar el orden establecido. Por medio de él, el ser desposeído se siente aliviado de la venganza y ve al poderoso en el papel de la derrota.

21 abril, 2007

A apagar hoy unas cuantas velitas

En el día de hoy estoy de cumpleaños. Y como curiosidad, y antes de irme a celebrar con mis amigos, les copio una información acerca de la historia del cumpleaños y de sus costumbres en las distintas civilizaciones. La información la tomé de un sitio llamado Con Fusté (quien la tomó a su vez del libro "Las cosas nuestras de cada día" de Charles Panati) lugar donde se albergan diversas anécdotas del pasado:

Hoy es costumbre celebrar el cumpleaños de una persona viva, pero, de haber prevalecido la tradición occidental, estaríamos observando celebraciones anuales del aniversario de la muerte de una persona, que en otro tiempo era un acontecimiento más significativo. Muchas de nuestras celebraciones han cambiado radicalmente en comparación con lo que eran en otro tiempo. Nunca se celebraban los cumpleaños de los niños, ni tampoco los de las mujeres, y el adornado pastel de cumpleaños, que fue por breve tiempo una tradición griega, dejó de confeccionarse durante siglos, aunque reapareció más tarde, adornado con velas y saludado con un coro de «Feliz cumpleaños».
¿De dónde proceden, pues, nuestras costumbres relacionadas con el cumpleaños?
En Egipto, y más tarde en Babilonia, los aniversarios del nacimiento eran registrados y celebrados en el caso de los niños pertenecientes a la realeza y de sexo masculino. Las fiestas de cumpleaños se desconocían entre las clases bajas, y entre todas las mujeres, excepto la reina. Sólo un rey, la reina o los varones nobles de muy alto rango tenían reconocida la fecha en la que nacieron, y sólo entre ellos se conmemoraba ésta anualmente.
En la historia que ha quedado registrada, las primeras celebraciones de cumpleaños tuvieron lugar alrededor de 3.000 a.C., y fueron las de los primeros faraones. Esta práctica comenzó después de unir el Alto y el Bajo Egipto. Dichas celebraciones consistían en brillantes fiestas en palacio y en las que tomaban parte sirvientes, esclavos y hombres y mujeres libres. A menudo, se ponía en libertad a presos de las cárceles reales. Dos antiguos cumpleaños de mujeres han quedado documentados.
Gracias a Plutarco, el biógrafo y ensayista griego del siglo I, sabemos que Cleopatra IV, última soberana de la dinastía de los Tolomeos, organizó una fastuosa fiesta de cumpleaños para su amante Marco Antonio, en la que incluso los invitados quedaron colmados de obsequios reales.
Una reina egipcia anterior, Cleopatra II, que se casó incestuosamente con su hermano Tolomeo y tuvo un hijo de él, recibió de su marido uno de los más macabros regalos de cumpleaños de toda la historia: los restos de su hijo asesinado y descuartizado.
Los griegos adoptaron la costumbre egipcia de celebrar los cumpleaños, y a partir de los persas, reputados entre los grandes reposteros de la Antigüedad, incorporaron un pastel especial. El escritor Filocoro nos explica que los adoradores de Artemisa, diosa de la Luna y de la caza, celebraban el cumpleaños de ésta el sexto día de cada mes, preparando una gran tarta a base de harina y miel. Ciertos datos sugieren que el pastel de Artemisa pudo haber estado adornado con velas encendidas, puesto que las velas representaban la luz lunar, la irradiación de la diosa hacia la Tierra.
Los cumpleaños de las deidades griegas se celebraban con carácter mensual, por lo que cada dios era festejado con doce conmemoraciones al año. En cuanto a los mortales, los cumpleaños de las mujeres y de los niños se consideraban indignos de celebrarse, pero el del cabeza de familia se conmemoraba con un banquete.
Los griegos denominaban estos festejos dedicados a los varones vivos Genetblia, y las celebraciones anuales proseguían años después de haber muerto el agasajado, con unas conmemoraciones póstumas conocidas como Genesia.
Los romanos añadieron un nuevo matiz a las celebraciones del cumpleaños. Antes de comenzar la era cristiana, el Senado instauró la costumbre (todavía practicada hoy) de considerar los cumpleaños de los estadistas más importantes como festividades nacionales. En el año 44 a.C., el Senado aprobó una ley por la que el aniversario del asesinato de César se convertía en festividad anual, realzada por un desfile público, una sesión especial de circo, combates de gladiadores, un banquete vespertino y la representación de una obra teatral.
Con el ascenso del cristianismo, la tradición de celebrar los cumpleaños cesó por completo. Para los primeros seguidores de Cristo, oprimidos, perseguidos y martirizados por judíos y paganos, y que creían que los niños entraban en este mundo manchadas ya sus almas por el pecado original de Adán, el mundo era un lugar duro y cruel, en el que no había razón para celebrar el cumpleaños de nadie. Sin embargo, puesto que la muerte era la auténtica liberación, el paso al paraíso eterno, el día de la muerte de cualquier persona merecía ser conmemorado con plegarias. Contrariamente a la creencia popular, eran los días de la muerte, y no del nacimiento de los santos, los celebrados y los que se convertían en sus «festividades».
Los historiadores de la Iglesia interpretan muchas referencias cristianas primitivas a los «aniversarios» como el paso a la otra vida, o sea el nacimiento en ella. El aniversario de un santo no es aquel en que nacieron en la carne, sino aquel en el que nacen en el cielo procedentes de la tierra, aquel en que pasan de las miserias al descanso.
Había otra razón por la que los primeros Padres de la Iglesia predicaban contra la celebración de los cumpleaños. Ellos consideraban estas festividades, originadas entre egipcios y griegos, como reliquias de las prácticas paganas. En el año 245 d.C., cuando un grupo de antiguos historiadores cristianos trató de fijar la fecha exacta del nacimiento de Cristo, la Iglesia católica consideró sacrílega esta investigación, proclamando que sería pecaminoso celebrar el nacimiento de Cristo como si fuese un faraón.
Sin embargo, en el siglo IV la Iglesia empezó a modificar su actitud respecto a las celebraciones de los cumpleaños, e inició también serios estudios para determinar la fecha del nacimiento de Cristo. El resultado, desde luego, marcó el comienzo de la tradición de la Navidad. Con la celebración de la natividad de Cristo, el mundo occidental recuperó la celebración de los cumpleaños.
En el siglo XII, las parroquias de toda Europa registraban ya los nacimientos de sus habitantes, y las familias observaban tales fechas con celebraciones anuales. Con el tiempo, reapareció el pastel de cumpleaños, ahora coronado con velas,


PASTEL DE CUMPLEAÑOS CON VELAS (Alemania, Baja Edad Media)

La costumbre del pastel de aniversario fue observada durante breve tiempo en la antigua Grecia. Resurgió entre los campesinos alemanes en la Edad Media, a través de un nuevo tipo de celebración, una Kinderfeste, ofrecida específicamente a un niño o niña (Kind).
En cierto modo, esto señaló el comienzo de las fiestas infantiles de cumpleaños, y en muchos aspectos un niño alemán del siglo XIII recibía más atenciones y honores que sus coetáneos de los tiempos modernos. Una Kinderfeste comenzaba al amanecer. El niño agasajado era despertado por la llegada de un pastel coronado con velas encendidas. Estas velas se cambiaban y se mantenían encendidas durante todo el día, hasta que, después del ágape familiar, se despachaba el pastel. El número de velas era igual al de los años que cumplía el niño, más una, que representaba la «luz de la vida».
La creencia en que una vela simboliza la vida se encuentra a través de toda la historia. Macbeth habla de la vida como una «breve candela», y el proverbio advierte contra «quemar la vela por ambos cabos».
El niño o niña recibía también regalos y seleccionaba el menú para el banquete familiar, pidiendo sus platos predilectos. Nuestra costumbre de pensar un deseo y soplar las velas procede también de la Kinderfeste alemana. Las velas de cumpleaños debían apagarse con un solo soplido, y el deseo, en caso de convertirse en realidad, debía mantenerse en secreto.
El folklore del cumpleaños alemán tenía otra costumbre que ya no se observa hoy. El Hombre del Cumpleaños, era un gnomo barbudo que hacía unos obsequios adicionales a los niños que se habían comportado bien. Aunque este personaje nunca alcanzó la categoría de un Santa Claus o de un Papá Noel, a principios del siglo XX aún se vendían en Alemania muñecos que lo representaban.

¿Qué se investiga en las maestrías en literatura?

El inventario es el ejercicio del autorreconocimiento: inventaría el guerrero sus pertrechos para tener consciencia de sus fuerzas; inventaría el viajero sus alforjas para calcular las dimensiones de sus futuros senderos; inventaría el comerciante sus bienes para determinar ganancias y pérdidas. Este autorreconocimiento que implica el inventario enlaza la catalogación con el “conócete a ti mismo”, del viejo pensador, como consejo de afirmación de la identidad. Esa es la primera razón por la cual presentamos a los lectores este catálogo sistemático de las tesis producidas en la Maestría en Literatura Iberoamericana del Instituto de Investigaciones Literarias “Gonzalo Picón Febres” de la Universidad de Los Andes, Mérida: la razón de configurar una identidad en el ámbito de las maestrías de literatura del país, colocando sobre la mesa el trabajo de nuestros magister como orgullo de la institución.
La segunda razón radica en la importancia que tienen trabajos como éstos para el desarrollo, difusión y memoria de la investigación literaria nacional. La bibliografía, ciencia que antecede a toda empresa investigativa, es la herramienta que guía y perfila horizontes en el saber.
El presente catálogo muestra la producción de Tesis de Maestría producidas en el Instituto de Investigaciones Literarias “Gonzalo Picón Febres” en el lapso comprendido entre 1993-2001. En ese período de nueve años, el arqueo realizado nos evidencia el conjunto de 38 tesis, de variada temática:

Producción de tesis de maestría por año
1993 (5)
1994 (7)
1995 (2)
1996 (2)
1997 (6)
1998 (4)
1999 (5)
2000 (3)
2001 (4)

Hemos sistematizado la información de la siguiente manera: la primera parte del catálogo presenta la lista de autores, clasificada en orden alfabético. En ella se nos muestra apellidos y nombres del tesista, título de la tesis, año de presentación de la tesis y tutor de la misma; en caso de que la tesis presente un trabajo adicional de relevancia, se mencionará entre paréntesis. La segunda parte del catálogo muestra la clasificación por temas de las tesis, tomando como punto de referencia el número asignado en la lista de autores.
La última y no menos importante razón del presente catálogo radica en la propuesta de creación de una gran base de datos que recoja las tesis en el área de la literatura producidas en las distintas maestrías del país. Estas páginas se presentan con el anhelo de que otras instituciones emulen esta práctica, que se constituye en herramienta principal para la investigación. Estar a tono con los tiempos es deber perentorio de las universidades, sobre todo de los estudios de cuarto nivel, por lo que la presentación de este catálogo hará más eficaz la instauración del saber literario como gran red articulada entre los centros de investigación del país.

Autores:

1.-ÁLVAREZ PIÑA, Nelly Y.
Lope de Aguirre: de príncipe de las tinieblas a príncipe de la libertad.
Año: 2001.
Tutor: José Barroeta.

2.-ANDRADE MOLINARES, Sonia Mercedes.
Ifigenia: entre el reflejo y el deseo.
Año: 1997.
Tutores: Gregory Zambrano y Víctor Bravo.

3.-ARAUJO BARRIOS, María Nieves.
La doble y única realidad: la ficción (Teoría de la representación literaria ejemplificada en un cuento de Pablo Palacio).
Año: 1998.
Tutor: Víctor Bravo.

4.-BRAVO ARTEAGA, Betulio Alirio.
Víctor Valera Mora. Poeta de la impostura.
Año: 2001.
Tutor: José Barroeta.

5.-CALDERÓN R., Marinilda.
Animación de la lectura en textos literarios (una experiencia con adolescentes).
Año: 1999.
Tutor: Pedro Alzuru.

6.-CONTRERAS, Egar Álvaro.
El discurso testimonial latinoamericano. Estaba la pájara pinta sentada en el verde limón (1975), de Albalucía Ángel.
Año: 1994.
Tutora: Graciela Montaldo.
(Incluye bibliohemerografía crítica sobre el discurso testimonial y sobre la escritora Albalucía Ángel).

7.-DA SILVA FILHO, José Francisco.
Dos obras de Nelson Rodrigues y sus raíces en la Tragedia antigua.
Año: 2001.
Tutor: Héctor López.

8.-DEL NOGAL, Regina.
Representación y simulación de la verdad en el relato policial: Los platos del diablo de Eduardo Liendo.
Año: 2000.
Tutor: Víctor Bravo.

9.-DÍAZ OROZCO, Carmen Zamira.
El Techo de la Ballena o el mediodía de la modernidad artística y literaria en Venezuela.
Año: 1993.
Tutor: Pedro Alzuru.

10.-FERNÁNDEZ, Dilcia.
La crónica cotidiana en ¡Que viva la música! y Entre el oro y la carne.
Año: 1999.
Tutor: Enrique Plata.

11.-GONZÁLEZ CARDOZO, Minerva.
Cubagua en tres tiempos.
Año: 1997.
Tutor: Víctor Bravo.
(Incluye entrevista realizada a Michael New: “Le fui infiel a Cubagua”).

12.-LÁZZARO, María Luisa.
Padre y bestiario en el hombre del absurdo. Mis Parientes de Hernando Track.
Año: 1993.
Tutor: Víctor Bravo.

13.-LONDOÑO, Piedad.
Magroll y la mujer. Representaciones semióticas del devenir en la novela de Álvaro Mutis.
Año: 1994.
Tutora: Teresa Espar.

14.-LÓPEZ, Héctor.
Música caribeña, literatura y postmodernidad.
Año: 1994.
Tutora: María Luisa Lázzaro.

15.-LÓPEZ RIVERA, Haydeé del Carmen.
Hacia una interpretación de la obra infantil de Orlando Araujo.
Año: 1994.
Tutor: Alexis Márquez Rodríguez.

16.-MÁRQUEZ, Ramón.
El otro orden de la memoria (con bolero original concebida).
Año: 1999.
Tutor: Juan Gregorio Rodríguez.

17.-MEDINA LEÓN, Marilyn Coromoto.
El fracaso de la representación en diez cuentos de Felisberto Hernández.
Año: 1997.
Tutor: Víctor Bravo.

18.-MIRABAL S., Rosalba E.
La literatura venezolana en el siglo diez y nueve de Gonzalo Picón Febres: un modelo en su momento de historia y crítica literarias para Venezuela.
Año: 1994.
Tutor: Lubio Cardozo.
(Incluye bibliohemerografía directa e indirecta acerca de Gonzalo Picón Febres).

19.-MOLINA MOLINA, Juan.
Hendidura e hipérbole del cuerpo. Correspondencias entre Botero y García Márquez.
Año: 1996.
Tutor: Víctor Bravo.

20.-MORA, Delsy.
Bajo la sombra de Andrés Mariño Palacio y Contrapunto.
Año: 1999.
Tutor: Juan Gregorio Rodríguez.
(Incluye entrevista realizada a Héctor Mujica: “Yo sigo siendo el mismo joven de Contrapunto”).

21.-ORDAZ, Ramón.
El personaje del pícaro en la literatura iberoamericana.
Año: 1997.
Tutor: Víctor Bravo.

22.-PAREDES de SILVA, Ana Rosa.
La oralidad en la narrativa breve de Laura Antillano.
Año: 2001.
Tutora: María Luisa Lázzaro.

23.-PEÑA de MONTES, María A.
Proposición para una estrategia didáctico pedagógica aplicando la Teoría Transaccional en la enseñanza de la literatura, a nivel de la Educación Básica.
Año: 1993.
Tutora: Susana Rubio.

24.-PLATA RAMÍREZ, Enrique.
Los mundos posibles (Ironía, Humor y Paradoja) en El Bonche).
Año: 1993.
Tutor: Juan Gregorio Rodríguez.

25.-PROVENZANO RANDAZZO, Amalia Gladys.
Discurso y poder en Yo el supremo de Augusto Roa Bastos.
Año: 1994.
Tutor: Alejandro García Malpica.
(Incluye bibliohemerografía sobre Roa Bastos).

26.-QUINTERO DELGADO, José.
Simulación, kitsch y otros discursos en la novelística de Manuel Puig.
Año: 1995.
Tutora: Graciela Montaldo.

27.-RAMÍREZ, MARCO
La transfiguración poética del Cántico Espiritual.
Año: 1995.
Tutor: José Barroeta.

28.-RIOBUENO GONZÁLEZ, Yhana.
Sonámbulos sobre la tierra maldita (Modernidad, vanguardia y revistas).
Año: 1998.
Tutor: Víctor Bravo.
(Incluye copias fotostáticas de la revista Elite).

29.-ROJAS FREITES, Clea.
Aproximación a la Tercera Dimensión Poética de la Poesía Vertical de Roberto Juarroz.
Año: 2000.
Tutor: José Barroeta.

30.-RUIZ CALDERÓN, Giselle Sofía.
La modernidad brasileña: representaciones de la antropofagia y la exclusión integrada en Amar, verbo intransitivo. Idilio y las relaciones con las artes plásticas del Brasil.
Año: 1998.
Tutor: Iván Páez Rivadeneira.

31.-SOUKI FARÍAS, Tarik.
Narración literaria y narración cinematográfica. Estudios lingüístico-semiológico de la literatura y el cine, e hipertextual y narratológico (discursivo narrativo), de la novela y del filme Cubagua.
Año: 2000.
Tutor: Víctor Bravo.
(Incluye glosario de términos lingüísticos y semióticos; incluye guión de la película Cubagua).

32.-SUAREZ ZAMBRANO, Juan Ramón.
Espejismo de la selva, de José Berti: un capítulo olvidado por la novela de la tierra.
Año: 1997.
Tutor: Enrique Plata.
Co-Tutor: Gregory Zambrano.

33.-SYLVESTER, Berta Lidia.
Los cuentos de Costantini y sus cuestiones con la vida.
Año: 1994.
Tutor: Ángel Vilanova.
(Incluye glosario de argentinismos).

34.-VALERO, Arnaldo.
De Occidente y sus márgenes. (El indigenismo haitiano: manifestación estética de un pueblo desde su diversidad).
Año: 1996.
Tutor: M. Ascensio.

35.-VELÁSQUEZ GAGO, José Francisco.
La neovanguardia en Venezuela: Gustavo Pereira y su obra poética.
Año: 1998.
Tutor: Héctor López.
(Incluye cronología de Gustavo Pereira; bibliohemerografía directa e indirecta sobre Gustavo Pereira y artículo escrito por Gustavo Pereira: “El proceso de la transformación en la poesía”).

36.-VENTI GARCÍA, Patricia.
Alejandra Pizarnik o la palabra desgarrada.
Año: 1997.
Tutor: E. Fuenmayor.
(Incluye bibliohemerografía sobre Alejandra Pizarnik).

37.-ZAMBRANO, Gregory.
Modernidad y vanguardia en la poesía venezolana de los años veinte.
Año: 1993.
Tutor: Javier Lasarte Valcárcel.

38.-ZAMBRANO, Lilibeth.
Utopía y crisis de las utopías en la narrativa de Juan Carlos Onetti
Año: 1999.
Tutor: Víctor Bravo.

Temas:

A
-Aguirre, Lope de: 1.
-Amaral, Tarsila du: 30.
-Andrade, Mario de: 30.
-Ángel, Albalucía: 6.
-Antillano, Laura: 22.
-Araujo, Orlando: 15.
-Argentina. Literatura: 1, 26, 29, 33, 36.
-Arráiz, Antonio: 37.

B
-Berti, José: 32.
-Botero, Fernando: 19.
-Brasil. Arte: 30.
-Brasil. Literatura: 7, 30.
-Brasil. Teatro: 7.

C
-Caicedo, Andrés: 10.
-Caribe: 14, 34.
-Colombia. Arte: 19.
-Colombia. Literatura: 6, 10, 13, 19.
-Contrapunto: 20.
-Costantini, Humberto: 33.
-Cruz, San Juan de la: 27.
-Cubagua: 11, 31.

D
-Di Cavalcanti: 30.
-Dictador.
-Discurso testimonial: 6.
-Don Catrín de la Fachenda: 21.

E
-Ecuador. Literatura: 3.
-Enseñanza de la literatura: 5, 23.
-España. Literatura: 21, 27.

G
-García Márquez, Gabriel: 19.
-González Rincones, Salustio: 37.

H
-Haití. Literatura: 34.
-Hernández, Felisberto: 17.

I
-Indigenismo: 34.

J
-Juarroz, Roberto: 29.

K
-Kitsch: 26.

L
-Lasar Segall, Ruso: 30.
-Liendo, Eduardo: 8.
-Literatura infantil: 15.

M
-Malfatti, Anita: 30.
-Mariño Palacio, Andrés: 20.
-Mármol, Luis Enrique: 37.
-Mérida. Literatura: 32.
-Misticismo: 27.
-Modernidad: 3, 9, 12, 19, 24, 28, 37.
-Modernismo brasileño: 30.
-Mujica, Héctor: 20.
-Música: 10, 14.
-Mutis, Álvaro: 13.

N
-Narratología: 3, 31.
-New, Michael: 11, 31.
-Núñez, Enrique Bernardo: 11, 31.

O
-Onetti, Juan Carlos: 38.
-Oralidad: 22.
-Oropeza, José Napoleón: 10.
-Otero Silva, Miguel: 1.

P
-Pablo Palacio: 3.
-Paraguay. Literatura: 25.
-Parra, Teresa de la: 2.
-Pereira, Gustavo: 35.
-Periquillo Sarniento: 21.
-Picaresca: 21.
-Picón Febres, Gonzalo: 18.
-Pizarnik, Alejandra: 36.
-Planchart, Enrique: 37.
-Poder: 25.
-Posse, Abel: 1.
-Postmodernidad: 14, 26.
-Puig, Manuel: 26.

Q
-Queremel, Ángel Miguel: 37.

R
-Relato policial: 8.
-Representación: 17.
-Revista Élite: 28.
-Roa Bastos, Augusto: 25.
-Rodrigues, Nelson: 7.
-Rodríguez, Renato: 24.

S
-Semiología, 31.
-Semiótica: 13.

T
-Teatro: 7.
-Techo de la Ballena: 9.
-Telurismo: 32.
-Track, Hernando: 12.

U
-Urdaneta, Ismael: 37.
-Uruguay. Literatura: 17.

V
-Valera Mora, Víctor: 4.
-Vanguardia: 4, 9, 28, 35, 37.
-Venezuela. Cine: 11, 31.
-Venezuela. Literatura. Siglo XIX: 18.
-Venezuela. Narrativa: 1, 2, 8, 9, 10, 11, 12, 15, 20, 22, 24, 28, 31, 32.
-Venezuela. Poesía: 4, 9, 28, 35, 37.

20 abril, 2007

¿Y tú qué harás este viernes?



The Cure. "Friday I'm In Love"

No me importa si el lunes está azul,

El martes gris y el miércoles también.

El jueves, no me importas.

Es viernes, estoy enamorado.

El lunes, puedes estar extenuado.

El martes, el miércoles, decepcionarme.

El jueves ni siquiera comienza.

Es viernes, estoy enamorado.

El sábado, espera,

Y el domingo siempre llega demasiado tarde,

Pero el viernes nunca vaciles...

No me importa si el lunes es negro,

El martes y el miércoles, un ataque al corazón.

El jueves, nunca miro hacia atrás.

Es viernes, estoy enamorado.

El lunes, puedes sostenerte la cabeza.

El martes y el miércoles, quedarte en la cama.

O el jueves, mejor mirar las paredes.

Es viernes, estoy enamorado.

El sábado, espera,

Y el domingo siempre llega demasiado tarde,

Pero el viernes nunca vaciles...

Muy bien vestido,

Es una maravillosa sorpresa

Ver tus zapatos y tu espíritu alzarse,

Sacando tu enojo,

Y simplemente sonriendo al sonido,

Y llanamente como un chillido,

Dar vueltas y vueltas.

Siempre da un gran mordisco,

Es una vista tan maravillosa

Verte comer en el medio de la noche.

Nunca puedes obtener suficiente,

Suficiente de esto.

Es viernes,

Estoy enamorado.

Un calypso en una perrera

El amigo Engel Salazar continúa con su ironía y propone la siguiente clasificación para disfrutar del deporte extremo de montar perreras. Esperamos que este tema sea una curiosidad para los lectores de los próximos años, quienes preguntarán asombrados: "¿y todo esto fue verdad; existió alguna vez en Guayana; se llamaban perreras?". Que así sea.


¿Cómo trepar perreras? (y II)

Engel Salazar Aguirre (*)

Son normas de la Asociación de Trepadores de Perreras el registro de cualquier persona interesada en la práctica del trepado de perreras. Esto es con la finalidad de darle una categoría de trepador de perreras, según el reglamento.

Categorías:

·Trepador de perreras nivel I.
o Descripción: Generalmente principiantes. Sólo pueden trepar cuando la perrera no se mueve y no pueden viajar en el estribo, pesar de estar en desventaja para obtener un asiento, cauchito o ladito por ahí. El reglamento recomienda que usen todos los implementos adicionales. Siempre permanecen muchas horas en las paradas.
· Trepador de perreras nivel II.
o Descripción: Ya más avanzadito, el trepador se atreve a perseguir a la perrera, pero nunca logra darle alcance. El reglamento les permite viajar de pie sólo dentro de la cabina.
· Trepador de perreras nivel III.
o Descripción: A este nivel, ya tiene la dicha de refrescarse con un viaje en el estribo o parachoque. Ha obtenido un grado suficiente como para trepar con la perrera en movimiento. Debe usar como mínimo, guantes, casco y lentes de seguridad.
· Trepador de perreras nivel IV.
o Descripción: Ve la vida de otra manera. No sólo puede subirse, sino también bajarse de una perrera en movimiento. Puede ver hacia los lados, ver hacia adelante, caminar en el parachoques, golpear la cabina, viajar en guardacamisas, etc.
· Trepador de perreras nivel V.
o Descripción: Una secta en crecimiento compuesta por semidioses. Sienten la proximidad de una perrera en un radio de 100 metros y advierten el sitio exacto donde se va a detener en la parada. Sólo viajan fuera de la cabina, así la perrera esté vacía. Se pueden soltar de la cabina en perreras que se desplazan por la avenida Guayana o Sucre Figuerella, hablar por teléfono, enviar mensajes, peinarse, resolver crucigramas, consultar los astros, amarrarse las trenzas de las botas, hablar con sus ancestros, recibir correos, cambiarse la camisa, etc. Algunos conductores de perreras les temen por sus poderes.

Al iniciarse el en trepado de perreras, los atletas extremos buscan la categoría de Trepador de perreras nivel III lo antes posible. Esto se debe a que viajar en el estribo ofrece ciertas ventajas.

Ventajas de viajar fuera de la cabina:

· Ejercitación de brazos y piernas. Esto debido al movimiento de la perrera. Sí usted tiene la dicha de caer en alguno de los escasos huecos de la vía (“¿?”) el efecto se multiplica.
· Preservación del planchado en su ropa. Si se sienta se arruga. Ideal para trabajadores de bancos, restaurantes, artistas, etc.
· Viaje fresco. Esta es una ventaja para personas hipertensas.
· Mantenimiento del bronceado. Puede decir en su trabajo que fue a la playa el fin de semana.
· Efecto de secado de lágrimas. Único al quitarse los lentes. Excelente si anda en procura de ocultar su sensibilidad y sus sentimientos.

Demos pues apoyo a nuestros valores regionales. En pocos años, podremos competir con otros países del Medio Oriente y Asia. Todos los trepadores de perreras agradezcamos a nuestras autoridades por su apoyo al desarrollo de la actividad de trepar perreras. Gracias.

(*) Trepador de Perreras nivel III.

19 abril, 2007

¿Cómo trepar perreras? O un transporte digno para Guayana


El que aún no tenga la dicha de conocer la tierra guayanesa, especialmente quien no haya visitado la moderna urbe de Puerto Ordaz, quizás no conozca el peculiar modo de transporte público que sirve a sus habitantes. "Perrera" se le llama cariñosamente al vehículo que nos lleva a nuestro lugar de trabajo; es una camioneta pickup techada que usualmente se le puede detener en cualquier punto de una avenida, a gusto del usuario, y se caracteriza por deambular a 120 Km/h con 30 personas en su interior.
Reiteradamente he oído que la Alcaldía y la Gobernación están haciendo todo lo posible (llevo 4 años oyendo lo mismo) para adquirir buses que ofrezcan al guayacitano un servicio digno acorde con la modernidad y visión industrial que posee la ciudad. Hasta he oído como fecha tope para este cambio la celebración de la Copa América, pues sería una ofensa y descortesía de nuestra parte el hacer ir a nuestro visitante guindando de la batea de la perrera.
Quizás la fiesta del fútbol pase y nuestros visitantes se vayan con una idea distinta de lo que cotidianamente ofrece nuestra cultura. Por eso propongo ser sinceros ante cualquier circunstancia y mantener nuestras perreras como símbolo de nuestra identidad. Que cada perrera sea motivo de orgullo, que sea signo de nuestra capacidad de sacrificio. Así conocerán nuestro verdadero rostro.
Para ello, pudiéramos facilitar las cosas a los fanáticos visitantes entregándoles un folleto con la siguiente información que conseguí por ahí, olvidada en la red:

¿Cómo trepar perreras?

Engel Salazar Aguirre (*)

Quien me viera caminando por Alta Vista con mi maletín negro podría pensar que me la doy de ejecutivo o, peor aún, que lo soy. Esa persona caería en cuenta de su error si le dijera que en el maletín lo que llevo es el almuerzo. Sin embargo, lo que muchos no imaginarían es que, pocos metros antes, descendí de una unidad de transporte que inspira y fomenta la práctica de un deporte extremo único en nuestro país: Trepar perreras.
Debo informarles que el trepar perreras es una actividad fascinante y enriquecedora, la cual me llena de adrenalina y me hace sentir vivo. Invito a todos a experimentar esta pasión que forma parte del día a día de los guayaneses, y denuncio públicamente que existe una fracción social que quiere quitarnos nuestras perreras, eliminando nuestro hobby regional y suprimiendo nuestros sueños. Afortunadamente, cada día somos más los que practicamos el Trepado de Perreras y además, las autoridades están de nuestro lado. Me lleno de tristeza sólo al imaginar que despierte un día y la Alcaldía haya anunciado una política de sustitución de perreras por microbuses financiados por FONTUR o el FIDES; o que las empresas básicas quieran disponer algunos de sus transportes para el traslado de pasajeros en horas “pico”.

¡¡¡Jamás lo permitiremos!!!

Los trepadores de perreras estamos asociados y somos fuertes; más aún desde la incorporación de una seccional de trepadoras de perreras, damas hermosas de todas las edades que practican nuestro deporte favorito. Si usted desea practicar este deporte, tome en cuenta las siguientes recomendaciones:

* Use sólo los sitios destinados para la práctica del trepado de perreras. Afortunadamente, dado su auge, nuestro deporte regional es practicado en vastas extensiones de nuestra ciudad.

* No vista calzado formal. La suela resbala en el estribo o parachoque de la unidad; por lo cual, es recomendable el uso de botas de seguridad o deportivos antirresbalantes en su defecto.

* Se recomienda el uso de lentes. El trepado de perreras es un deporte al aire libre y en ocasiones, las perreras despiden objetos que podrían impactar contra nuestros ojos. No pierda su entusiasmo. Este hecho es uno de los mayores atractivos del deporte. Asegure su vista empleando lentes de seguridad o caretas para soldar. No está exento el uso de lentes adaptados o gafas de sol.

* Si requiere llevar bolso, procure no exceder la cantidad recomendada de uno (1) por persona. Además, dicho bolso debe tener asas de fácil y seguro agarre durante el recorrido deportivo.

* Colóquese guantes. Preferiblemente de seguridad. Recuerde que uno de los atractivos del deporte son las filosas y cortantes (con suerte oxidadas también) superficies que presentan las perreras. No permita que una pequeña herida le cangrene la diversión.

* Si usa gorra con visera, se recomienda usarla al revés. El entretenimiento podría afectarse al perder su cachucha por la acción del viento. Esta prenda podría sustituirse por un casco.

Implementos adicionales:

Dependiendo de su experticia, se recomienda el uso de ciertos implementos importantes. Estos pueden ser: guantes de boxeo, rodilleras, careta, arnés, canilleras, peto, chaqueta de seguridad, un rosario, bombona de oxígeno, lanzallamas, tacos de fútbol, lentes con visión nocturna, collarín, tarjeta de crédito, agua bendita, salvoconducto, chaleco antibalas, chupones para destapar caños, gatorade, el cinturón de batman, zapatos anti-gravitación, biblia, torá, corán, protector bucal, cinturón de castidad, C-4, la araña que infectó a spider-man, etc.

(*) Trepador de Perreras

El discreto encanto del teléfono celular

Existía en la ciudad colonial venezolana lo que se denominaba “Bando del buen gobierno”. Era éste un código por medio del cual se pretendía impedir los excesos que pudieran perturbar la tranquilidad de la ciudad. Entre muchas otras disposiciones había una que prohibía dar posada a forasteros sin contar con una licencia del Teniente Justicia Mayor o en su defecto del Alcalde. La persona que incumpliera este precepto podía ser castigada con quince días de cárcel junto con su huésped. Estaba prohibido también celebrar fiestas sin antes haber obtenido permiso de la autoridad correspondiente; el dueño de casa que irrespetara este mandato iba a parar a la cárcel junto con sus invitados durante quince días. Otro de los reglamentos permitía sólo a las personas con la investidura requerida usar bastón, pues éste era símbolo de autoridad. El uso de pistola, peluca, guantes, paraguas, quitasol o alfombra para arrodillarse en la iglesia, estaba limitado a las gentes más distinguidas. Hasta el uso de las aceras peatonales estaba restringido.
Hoy día pareciera que el teléfono celular, aunque no exista restricción ni normativa acerca de su uso, es el nuevo símbolo de distinción. Cambiar de teléfono celular cada tres o seis meses para poseer el modelo más reciente es signo de que pertenecemos a una clase distinguida.
Parece que la historia de verdad se repite…

18 abril, 2007

Leer para ascender


Una noticia de vieja data ha llegado hasta mí y me ha sorprendido como si se tratara de un evento recién culminado. La noticia es ésta: en México, específicamente en Nezahualcóyotl, la Alcaldía ha implementado un programa para elevar el nivel cultural de sus 1.200 agentes policiales a través de la lectura. Para que un policía pueda ascender debe leer un libro por mes. "Y no cualquier libro, dice el portavoz de la Alcaldía, sino las obras de grandes de la literatura, como los mexicanos Juan Rulfo y Octavio Paz, el colombiano Gabriel García Márquez o el estadounidense Truman Capote, entre otros". El funcionario policial debe demostrar que ha leído un libro al mes por medio de un examen oral o escrito.
Esta noticia me hace recordar la frase de Daniel Pennac que dice: "El leer, así como el amar, no acepta el imperativo". Nadie puede obligar a otro a "leer", a ir más allá de la vocalización de las letras impresas sin llegar a la comprensión íntima del texto.
Buena intención pero no creo que tenga un final feliz... ¿O sí lo habrá tenido después de haber transcurrido dos años de este experimento?

16 abril, 2007

La voz del ventrílocuo


-Nos es fiel el perro, sólo porque aguarda por nuestros huesos.

-¡Qué cuerda la locura cuando es compartida!

-Lo que es simple a los ojos es complejo para la razón.

-¡Coño!, es verdad; son malas palabras las que no conducen a la verdad.

-¿Tendrá razón Voltaire al afirmar por boca de Martín, en Cándido, que el hombre fue creado para el sufrimiento?

-El escritor escribe: “Afuera, la noche resbalaba en las aceras. Un maullido acompaña los pasos de tres borrachos..”. De improvisto, el gato salta sobre la página del escritor, desaparecen los borrachos, distrae al que esto escribe y da final a la lectura que usted realiza. Ergo: el gato nos piensa.

-Diálogo en Sambil:
-Pana, por más que le dé a las pesas no logro bajar de peso
-Bróder, no se puede luchar contra la naturaleza. La genética es la genética...

Alma y tiempo en Aristóteles


Para los que creían que lo "clásico" era sinónimo de "muerto", asistan al bautizo del libro de Javier Aoiz y quedarán boquiabiertos.

07 abril, 2007

La historia viva

Dicen que la historia es aburrida porque no nos sirve para nada. Busquemos entonces el sentido de acercarnos al pasado, que no sea sólo una interminable y fastidiosa lista de fechas y nombres, que la historia de verdad nos sirva, como dice la ya gastada frase, para comprender nuestro presente. Que la historia sea música para todos los oídos, que sea escenario para todos los personajes. Que la historia sea un vivo panorama de nuestra existencia y que deje hablar a los que siempre han sido meros actores de reparto. Recordemos por ello a Brecht en su poema “Preguntas de un obrero ante un libro de historia":

Tebas, la de las Siete Puertas,
¿quién la construyó?
En los libros figuran los nombres de los reyes.
¿Arrastraron los reyes los grandes bloques de piedra?
Y Babilonia, destruida tantas veces,
¿quién la volvió a construir otras tantas?
¿En qué casas de la dorada Lima vivían los obreros que la construyeron?
La noche en que fue terminada la Muralla china,
¿adónde fueron los albañiles?
Roma la Grande está llena de arcos de triunfo.
¿Quién los erigió?
¿Sobre quiénes triunfaron los Césares?
Bizancio, tan cantada,
¿tenía sólo palacios para sus habitantes?
Hasta en la fabulosa Atlántida, la noche en que el mar se la tragaba,
los habitantes clamaban pidiendo ayuda a sus esclavos.
El joven Alejandro conquistó la India.
¿El sólo?
César venció a los galos.
¿No llevaba consigo ni siquiera un cocinero?
Felipe II lloró al hundirse su flota.
¿No lloró nadie más?
Federico II ganó la Guerra de los Siete Años.
¿Quién la ganó, además?
Una victoria en cada página.
¿Quién cocinaba los banquetes de la victoria?
Un gran hombre cada diez años.
¿Quién paga sus gastos?

06 abril, 2007

Breve viaje alrededor de la vanguardia latinoamericana (y II)

Marcel Duchamp. "Desnudo bajando una escalera (1912), "Rueda de bicicleta (1913), "El Urinario" (1917). Francia.

Samba pa’ ti, Vanguardia

Brasil no escapó a ese trastrocamiento del mundo que significaba el paso de la modernidad a la contemporaneidad. Un nacionalismo cultural antiportugués acoge el experimentalismo que dominaba al mundo. Así, los vanguardismos europeos encontraron las puertas abiertas, no para repetir postulados en nuevas tierras, sino para conformar una identidad del brasileño. Coronación excelsa de estas ideas es el “Manifiesto Antropófago”, redactado en 1928 por Oswald de Andrade. Allí, se aceptaba la contribución europea, no pasivamente, sino bajo la forma de una devoración crítica y su transformación en un nuevo producto, dotado de características propias, que, a su vez, pasaba a tener una nueva universalidad.
La Vanguardia brasileña toma por nombre “Modernismo”, sin querer decir esto que sus postulados reivindicaban el Simbolismo y Parnasianismo del siglo XIX. Dentro de ese Modernismo, la referencia obligada lo constituye “La semana de arte moderno”, realizada en Sao Paulo, en febrero de 1922. La “Semana” introdujo un nuevo estado de espíritu en todas las manifestaciones del arte: pintura, poesía, novela, música... Representantes de esta renovación fueron Mario de Andrade, Oswald de Andrade, José Lins do Rego, Jorge Amado, Graça Aranha, Anita Malfatti, Manuel Bandeira...
El Modernismo brasileño se distancia un poco de los demás ismos iberoamericanos por el carácter unificador que presenta su cultura. La generación brasileña de vanguardia se siente deudora de las generaciones precedentes y procuran no negarlas, sino continuarlas, superarlas en un sentido constructivo y nuevo. En ese sentido, el Modernismo brasileño buscará de manera consciente y sistemática la “brasilidad”. Aspira a una nueva interpretación de la tierra, que de sus cenizas espera hacer surgir un nuevo mundo.
Pero dentro de ese Modernismo variados grupos buscaban, cada cual según sus ideas, la idea de una nueva civilización, una nueva lengua. Grupos como “Pau-Brasil”, “Verdamarelo”, “Antropofagia”, “Verde” esgrimía cada uno su “tradición nacional”: Los “antropófagos” hablaban del “indio que es hijo de María, ahijado de Catalina de Médicis y yerno de D. Antonio de Maris”, en una rica filiación que los hacía ciudadanos del mundo; los “verdeamarillos” situaban la fuente del Modernismo en la reacción nativista frente a las corrientes inmigratorias; Ronald de Carvalho alababa a Graça Aranha por haber propuesto “una solución lúcida para el problema brasileño: vencer el mestizaje por medio de la fusión de las corrientes migratorias latinas y germánicas, y el empirismo improvisador, por medio de la cultura científica y la educación de la voluntad”.
El golpe de estado de tendencia fascista, dado en 1937, silenció la utopía...

Que no todo lo extraño es nuevo y no todo lo nuevo es Vanguardia

En Iberoamérica, al igual que en Europa, surgió una gran cantidad de ismos difícil de enumerar: Creacionismo (Chile), Simplismo (Perú), Runrunismo (Chile), Agorismo y Estridentismo (México), Minorismo y Afrocubanismo (Cuba), Diepalismo, Euforismo, Noísmo, Atalayaísmo (Puerto Rico), Postumismo (República Dominicana), Indigenismo (zona andina), Modernismo brasileño (Brasil). Y la lista continúa: Negrismo, Cholismo, Ultimatismo, Munismo, Construccionismo, Impulsionismo, Integralismo, Intensismo, Simultaneísmo, Sincerismo, Ultraísmo argentino, Grupo sin número y sin nombre...
Seguir la lista sería un ejercicio de enciclopedia o de ficha inútil. Mejor sería esbozar lineamientos que nos muestren la riqueza y variedad de los ismos iberoamericanos. Siguiendo ideas de Javier Lasarte, la critica e historiografía tradicionales, a las que ya les saldamos cuentas líneas atrás, se acercaba al estudio de la Vanguardia iberoamericana con la herramienta de oposición Viejo/Nuevo. Esta concepción fue criticada por Ángel Rama, quien la tildó de superficial, esbozando la idea de una “doble Vanguardia latinoamericana”:

“Un sector de la vanguardia, más allá del rechazo de la tradición realista en su aspecto formal, tiende a retomar de ésta su vocación de insertarse en una comunidad social, posición a través de la cual se vincula a la ideología regionalista; otro sector, por conservar íntegra su formulación de vanguardia, intensifica su conexión con la estructura de la vanguardia europea”.

Así, mientras que la primera posición decía que todo lo nuevo era vanguardia; la segunda propuesta abría un compás de nuevas posibilidades. Posteriormente Nelson Osorio amplía la idea y señala:

“Estas dos tendencias, mundonovismo y vanguardismo artístico no logran compartimentar la totalidad de la literatura que entonces se produce, por lo que más que agotar el panorama de conjunto pueden ser consideradas como los polos extremos entre los cuales se despliega el amplio abanico de la renovación artística”.

Javier Lasarte habla luego de la posibilidad de considerar a la Vanguardia no como un movimiento, sino como una época que incluya la gran variedad de manifestaciones de cambio. Propone además la consideración de tres oposiciones: Tradición/Ruptura, Cosmopolitismo/Americanismo-Nacionalismo, Artepurismo/Compromiso, que, según operaciones matemáticas de permutación y combinación nos dan la posibilidad de 36 vanguardias iberoamericanas: vanguardia de tradición, cosmopolita y artepurista; vanguardia de ruptura, americanista y de compromiso; vanguardia...

¿Hubo o no hubo Vanguardia en Venezuela?

La Vanguardia en Venezuela ha sido tema de discusiones que se mantienen entre los dos barrotes de la imitación y la invención, que hablamos anteriormente. Juan Liscano, en su Panorama de la literatura venezolana actual; Mariano Picón Salas, en su Formación y proceso de la literatura venezolana; José Ramón Medina, en su 50 años de la literatura venezolana, todos referidos al ámbito venezolano, hablan de copia, transplante e imitación. Veamos.
La Vanguardia, según el decir de los historiadores, es introducida en Venezuela por el diplomático mexicano Juan José Tablada, quien publica varios poemas al estilo Hai-Kai en revistas de la época (1919) y habla de la “nueva poesía”. Luego vendrían otros precursores del cambio como Antonio Arraiz, quien llega de Estados Unidos con influencias de Whitman y de un verso libre vigoroso y americanista: “Canto mi América virgen,/canto mi América india/sin españoles y sin cristianismo./Canto mi triste América”, publicado en su poemario Áspero, de 1924.
Pero la revista válvula (con minúsculas, por el mismo afán de ir en contra de las normas y de utilizar el lenguaje para la subversión) de 1928, vendría a ser el germen unificador de las ansias de los jóvenes artistas venezolanos por expresarse con voz propia. Allí, figuras como Arturo Uslar Pietri, Carlos Eduardo Frías, Eduardo Planchart, Luis Enrique Mármol, Nelson Himiob, etc., demostrarían la nueva mentalidad que desde hacía tiempo arropaba al mundo.
Los integrantes de esta vanguardia venezolana se apropiaron de la creación cultural europea para darle muletas y empuje al ardor que llevaban adentro. No fue mera copia ni estuvo Venezuela aislada de lo acontecía en el resto del mundo, como acostumbran decir aún hoy muchos historiadores. Pablo Rojas Guardia, poeta venezolano de la vanguardia, dice al respecto:

“La vanguardia, tal como la entendíamos los del 28, no significó una escuela o una tendencia determinada. Son muy variados los ritmos y muy numerosos los metros, las estrofas, las modulaciones que nosotros empleábamos. Nos expresábamos, en el salmo de origen bíblico, a la manera del gran bardo norteamericano Walt Withman; recurrimos muchas veces al tradicional octosílabo español, pero casi siempre nos expresábamos en el verso libre (...)
El sentimiento de internacionalización, de universalización, de ecumenidad de la vanguardia venezolana –del 28 venezolano, en este caso– claro es que parecía sustentarse en los diversos ismos que por los años 20 conmovían la conciencia literaria de Europa. (...) Del futurismo italiano se tomaba, aparentemente, la actitud bélica, combativa; aun empleando imágenes de guerra, de peleas de batallas, de trincheras. Del expresionismo alemán la vivificación del paisaje; del ultraísmo español la reducción de todo poema a una sola metáfora o a una sucesión de metáforas superpuestas... Mas todos estos ismos encontraron en tierra venezolana una cabal expresión en el afán y en el empeño de demostrar que estábamos inaugurando una poesía y una literatura nuevas.


Ajuste de cuentas

El vanguardismo venezolano fue un período consciente de renovación literaria con respecto al modernismo, cuya aparición resultó de un proceso normal de continuidad literaria. Su contexto de aparición estuvo fundamentado, al contrario de la historia política, por la plena libertad: libertad en la creación de nuevas formas literarias, libertad en la introducción de las nuevas corrientes artísticas del mundo. Esto lo demuestra la presencia en la ciudad de Caracas a principios del siglo XX de 23 establecimientos tipográficos con una producción mensual de 211 publicaciones, y el hecho de que en Mérida, zona resguardada por las cumbres, exista la segunda mejor hemeroteca del país formada a finales del siglo XIX y principios del XX, además del inexplicable discurso, inexplicable a los ojos de los que reniegan de la vanguardia venezolana, del joven Mariano Picón Salas quien a los 17 años disertó en el Paraninfo de la Universidad de Los Andes acerca de las nuevas corrientes del arte en 1918. Yolanda Segnini, en un ataque de asombro por descubrir la falsa represión cultural del gomecismo, dice:

“¡Oh sorpresa!, ese oscurantismo del cual yo venía hablando desde que yo era estudiante de historia de Venezuela (...), ese oscurantismo no era tal. ¿Cómo puede haber oscurantismo después de lo que he reseñado? En donde sólo un 10% de la población es la que tiene acceso a la instrucción, es verdad, me dirán Uds., el 90% estaba oscuro. Sí, estuvo oscuro, siguió oscuro y sigue oscuro. En todo caso, lo verdaderamente importante es que los que dicen y los que hablan del oscurantismo no son miembros de ese 90%. Los que dicen, y los que hablan, y los que pregonan y señalan el oscurantismo, son precisamente esos otros que tenían bibliotecas, esos otros que daban conferencias, esos otros que estaban al día. Si en Venezuela no hubo un Ruben Darío, no fue culpa de Gómez. (...) Entonces, la primera conclusión, (...), es que la intelectualidad venezolana de la época tenía acceso a las publicaciones que estaban en boga para el momento”.

05 abril, 2007

Breve viaje alrededor de la vanguardia latinoamericana (I)

Pablo Picasso, "Músicos", 1921


El avión y el automóvil nos traen una nueva mentalidad

No existe empresa de mayor riesgo que la de la definición, pues ésta, susceptible a las visiones del que define, lleva dentro de sí la labor ambigua de la reducción de la totalidad. Englobar por ejemplo con el término de Vanguardia a un cúmulo variado de experiencias estéticas nos haría correr el riesgo del “adjetivazo”, y cito, “que cancela de un plumazo toda la rica variedad de un movimiento o autor”, como dijo alguna vez Orlando Araujo.
Definiremos entonces a la Vanguardia, no sin reservas, como los movimientos estéticos que surgieron después de la Primera Guerra Mundial (1918) hasta los inicios de la Segunda (1939), que anhelaban nuevos lenguajes y horizontes de expresión. Más que un simple choque generacional, más que una insolencia de joven rebelde, la época vanguardista evidencia la crisis del sujeto moderno que es impelido a parir, a ella y con ella, a la contemporaneidad histórica. Nuevos actores sociales deambulaban por las nuevas urbes, que ahora eran morada de automóviles, aviones, rascacielos, oficinas, burócratas. La Vanguardia, citando a Klaus Müller-Berg, “equivale al triunfo intransigente y definitivo de valores asociados a la nueva sensibilidad del siglo XX, que pone el debido énfasis en la técnica, la velocidad, el cambio, la novedad, la imprevisibilidad y la aventura”. Esta crisis es herencia del drama del siglo XIX que enfrenta Fe y Razón, Lógica e Instinto, Inteligencia y Realidad; propiciado en lo estético por la postura antinaturalista de Rimbaud, Lautréamont, Mallarmé, Verlaine y el mismo Baudelaire, quien diría, con un empecinado rechazo hacia normas y escuelas: “La naturaleza es fea y yo prefiero los monstruos de mi fantasía”. El arte adquiriría nuevos ropajes e inusuales formas de nombrar al mundo, y la palabra, antes mero instrumento, ahora poseía poderes mágicos y valor en sí misma En lo económico, el paso del capitalismo de libre concurrencia al capitalismo monopolista y el amplio desarrollo de la segunda fase de la Revolución Industrial abonaría la nueva mentalidad del siglo XX. En lo filosófico, el Irracionalismo de Nietzsche y Kierkegaard propiciaron la ininteligibilidad del mundo, y la sentencia nietzscheana de la muerte de Dios secularizó la vida, dejando huérfano al hombre y lleno de angustias.

Tantas vanguardias como el anhelo del hombre...

En esa situación comenzaron a surgir los ismos vanguardistas en Europa. Agrupaciones en constante afrenta contra la tradición, la academia, el canon, los géneros, la institución artística; para ellos el arte tenía que ser la vida misma, y en efecto lo fue. Así, cientos de agrupaciones, difícil de listar, rechazaban el pasado y afirmaban su creación como el “nuevo arte”: Expresionismo (Alemania), Futurismo (Italia/Francia), Cubismo (Francia), Dinamismo (Francia), Dadaísmo (Suiza), Surrealismo (Francia), Ultraísmo (España)...

Podemos configurar intenciones comunes de todos ellos:

1.- Conciencia de grupo: que evidencia una sensibilidad común entre sus individuos.
2.- Institucionalización del grupo: por medio de manifiestos teóricos y la elaboración de revistas que sirvieran de vehículo de difusión.
3.- Fundación y negación: actitud con la cual rechazaban todo el pasado y manifestaban la novedad y verdad de su arte.
4.- Experimentalismo: por medio del cual se transgrede la institución artística con la confusión de géneros, se renueva la perspectiva en la pintura con el abstraccionismo y la música comienza a ser atonal. Así, el arte todo explora nuevas maneras que satisficieran al nuevo hombre del siglo XX.

Haciendo un ejercicio para recordar los principales movimientos de Vanguardia europeos, sin la intención de nombrarlos a todos, tenemos entre los que más influencia ejercieron al Futurismo, al Surrealismo y al Cubismo. El Futurismo fue fundado en 1909 por Filippo Tomasso Marinetti (1876-1944). Este movimiento buscaba la exaltación de la modernidad, entendida como adoración a la máquina en la que se veía un instrumento multiplicador de los poderes del hombre. En el primer manifiesto del grupo se dirá: “Un automóvil de carrera, con su caja adornada de gruesos tubos que se dirían serpientes de aliento explosivo... un automóvil de carrera, que parece correr sobre metralla, es más hermoso que la Victoria de Samotracia”.
Con el Surrealismo se pretendía renovar, más que el arte, a la vida misma. Fundado en 1924 por André Bretón (1896-1966), junto con Lois Aragón y Soupault, se comienza a explorar la esencia de la realidad, a lo que está más allá de la misma (superrrealismo). Se hurga entre los sueños por la influencia de Freud y del psicoanálisis, en el que el subconsciente domina y guía la labor creadora. No por nada un surrealista francés colocaba en la puerta de su dormitorio un cartel que decía: “el poeta trabaja”. Bretón definiría el Surrealismo de la siguiente manera: “automatismo psíquico puro por el cual uno se propone expresar, ya verbalmente, ya por escrito, o de cualquier otra manera el funcionamiento real del pensamiento. Dictado del pensamiento fuera de todo control ejercido por la razón y al margen de toda preocupación estética o moral”.
En 1910 aparece la tendencia denominada Cubismo, aunque ya para 1906 y 1907 encontramos los experimentos pictóricos de Picasso y Braque. El Cubismo aspiraba la autonomía de la obra artística por medio de las audacias de perspectivas y la simultaneidad en un mismo plano, además de valor a la tipografía en los poemas con el juego de las formas de Los Caligramas de Apollinaire.
Dejamos en reserva muchos más movimientos de Vanguardia: Dadaísmo, Expresionismo, Ultraísmo español, y un largo etcétera que impuso como castigo a J. Cirlot a compilar un grueso Diccionario de los ismos, publicado en 1948.

Iberoamérica y su complejo de espejo

Pero esa es la historia europea de la Vanguardia. Cuando cambiamos de escenario y hablamos de la Vanguardia Iberoamericana, justificamos las palabras iniciales de este ensayo en las que criticamos el ejercicio de la definición, que no recoge la totalidad de lo estudiado. En ese charco se ha enlodado la historiografía tradicional, que practica fervientemente cinco pecados capitales:

a. La fragmentación. Que segmenta la totalidad del sistema artístico, haciendo ver sus distintas etapas como hechos aislados.
b. El eurocentrismo. Que explica el desarrollo de la producción artística iberoamericana como simple reflejo de la cultura europea.
c. El criterio generacional. Que agrupa las producciones artísticas por medio de criterios biológicos o historicistas, no discriminando las variantes que pudieran existir en un mismo grupo.
d. La marginación. Que obvia del sistema artístico las obras que no encajan dentro del método de la historiografía o del gusto e intereses del historiador.
e. La linealidad. Que muestra al sistema artístico como una suma de etapas que nacen y mueren en simple cadena.

Ejemplos de esa mala práctica, hay muchos. Cuando nos referimos a la Vanguardia iberoamericana encontramos cosas como estas: “Los ismos que aparecieron [en Iberoamérica] fueron sucursales de la gran planta industrial con sede en Europa”, dicho por Anderson Imbert en su Historia de la literatura hispanoamericana (1966). Parece que es una constante en la historia de la cultura iberoamericana el movimiento pendular de las opiniones entre la imitación y la invención. La discusión por nuestra identidad se halla presa entre esos dos barrotes, empobreciendo así el análisis por nuestro ser. Cuando se habla de hechos culturales, no se pueden establecer categorías de primacía u originalidad. Ello equivaldría a hablar del inventor del sol o del descubridor del aire. En todo caso, Iberoamérica no pudo escapar de la crisis del sujeto moderno que afectaba al mundo, crisis de la que ya hablamos. La revolución mexicana, la fundación de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), el crack de la Bolsa de Nueva York, la Guerra del Chaco, la Reforma Universitaria de Córdoba, el aumento de la inversión del capital extranjero, etc., son causas y efectos de la nueva mentalidad Iberoamericana.
Ya el Modernismo se había anquilosado y la luna, el cisne y lo azul no despertaban el interés de los iberoamericanos. El poeta mexicano Enrique González Martínez, en 1910, diría: “Tuércele el cuello al cisne de engañoso plumaje”. Más adelante dirá: “El sapiente búho es mejor consejero”, demostrando así una confianza hacia la razón y la técnica, nuevas para Iberoamérica, que a diferencia de Europa ya mostraba rasgos de desconfianza hacia ella. Ya el arte no era el mismo; ahora se escribía de la siguiente manera:

A Dios se le rompieron los neumáticos.
En verdad, hermanos, en verdad
la hora de las cosas peludas
llegó
llegó
la hora de las cosas peludas
dicen los crucificados.

Las mujeres son problemas con pelitos.
El animal de ladrillos se pone condones iluminados.
Los idiotas artificiales
humedecen los muros únicos del manicomio.
La araña cría pelos y se transforma en filósofo.

El marrueco de la filosofía
se abrocha con tres botones y un testículo.

(Pablo de Rokha. “U”. 1927).

04 abril, 2007

¿Para qué sirve la literatura?

“Quizá porque la imaginación vuela siempre más rápido que la realidad, cada vez que una sociedad está a punto de cambiar, los primeros síntomas aparecen no en los discursos de los políticos ni en los pregones militares, sino en los pliegues secretos de la literatura. En la poesía, el teatro y sobre todo en las novelas es posible descubrir los modelos de realidad que se avecinan y que aún no han sido formulados de manera consciente.”
Tomás Eloy Martínez

03 abril, 2007

Literatura y conocimiento

Foucault, Michel. Literatura y conocimiento. Mérida-Venezuela: Instituto de Investigaciones Literarias "Gonzalo Picón Febres", 1999.

Pensar el mundo a través de Michel Foucault (1926-1984), es ver la realidad como un intrincado sistema de poder, cual hilos de polichinela, fundante de espacios, interdictos y transgresiones que dan fisonomía a lo que nos circunda.
En esta perspectiva, la tarea del filósofo francés se nos muestra como una bofetada que nos impele a voltear el rostro, aun a riesgo de la conseja bíblica, para así ser conscientes y portadores de una "actitud moderna", cuestionadora de lo real.

"(...) se puede considerar a la modernidad más bien como una actitud que como un período de la historia. Con 'actitud' quiero decir un modo de relación con y frente a la actualidad".

Ese continuo interrogar la realidad que se esconde detrás de la realidad, hace que la "normalidad", considerada como verdad permanente, se muestre movediza y cambiante.
Influenciado principalmente por la filosofía de Nietzsche y Heidegger, Foucault exploró los paradigmas sustitutivos de poder dentro de la sociedad y cómo el poder se relaciona con el individuo. Investigó también cómo las prácticas diarias permiten a la gente definir sus identidades y sistematizar el conocimiento, además de haber tomado a la literatura como perfecta instancia donde se descubre el ser... Mejor es oír lo que el mismo Foucault dice acerca de su obra:

"[Si Foucault puede enmarcarse en la tradición filosófica, sería en la tradición crítica de Kant en la que se pudiera] denominar a su trabajo intelectual una Historia crítica del pensamiento. Esta no ha de entenderse como una historia de las ideas que, al mismo tiempo, sería un análisis de los errores que, una vez cometidos, pudiesen ser medidos. Tampoco ha de entenderse esa historia, como un desciframiento de los conocimientos a los que estarían ligadas las ideas y de los que pudiera desprenderse lo que pensamos hoy día.
Si por pensamiento se entiende el acto que coloca, en sus diversas relaciones posibles, a un sujeto y a un objeto, entonces una historia crítica del pensamiento sería un análisis de las condiciones en las que se han formado o modificado ciertas relaciones entre sujeto y objeto; y ello en la medida en que tales relaciones son constitutivas de un saber posible".


Por todas estas razones, no nos queda más que celebrar, aunque sea tardíamente, la aparición de Literatura y conocimiento, libro editado por el Instituto de Investigaciones Literarias "Gonzalo Picón Febres" de la Universidad de Los Andes (Mérida-Venezuela), en el que se recoge una muestra significativa de la obra de Michel Foucault acerca de la reflexión sobre la literatura.
La compilación de los textos estuvo a cargo de Jorge Dávila, investigador del Departamento de Sistemología Interpretativa de la Universidad de Los Andes y su respectiva traducción fue realizada por el mismo Dávila y Gertrudis Gavidia, profesora de la Escuela de Letras de la Universidad de Los Andes.
Esta cuidada edición se inicia con un enjundioso y didáctico prólogo de Víctor Bravo, titulado "Representación y repetición en Michel Foucault". Allí, el crítico e investigador del Instituto de Investigaciones Literarias "Gonzalo Picón Febres" de la Universidad de Los Andes, nos pasea por los conceptos fundamentales del pensamiento foucaultiano:

"La obra reflexiva de Michel Foucault es una incomparable historia del orden (de sus procesos de cohesión, de coacción, de exclusión...), del límite (ese delgado espacio que es a la vez umbral, clausura y posibilidad de transgresión) y del afuera (con sus representaciones anormales o monstruosas, con sus registros de exclusión: el crimen, la enfermedad, la locura, la sexualidad; y, sobre todo, con su posible apertura abismal a la negación misma de los fundamentos)".

El libro se nos presenta en dos partes. La primera, "Michel Foucault en retrospectiva", nos muestra seis textos escritos por Foucault en los que son representativos la reflexión acerca del hecho literario. "Michel Foucault por sí mismo", "Crítica y Aufklärung", "¿Qué es la Ilustración?", "¿Qué es el autor?", "El lenguaje al infinito" y "Prefacio a la transgresión", impelen a una continua reflexión acerca de la literatura y su conocimiento, como nos lo sugiere el título del volumen.
La segunda parte del libro, "Lecturas de Michel Foucault", está constituido por tres aproximaciones acerca del filósofo francés: "Una exégesis del texto Was ist Aufklärung? como testamento intelectual de Michel Foucault" y "La literatura según Michel Foucault: un sendero hacia otra experiencia del pensamiento", realizadas por Jorge Dávila; y "Literatura y locura", cuyo autor es Frédéric Gros, profesor de Filosofía de la Universidad de París-XII y director del seminario sobre M. Foucault en la École Normale Supérieure de París.
Gran acierto este del Instituto de Investigaciones Literarias "Gonzalo Picón Febres" de la Universidad de Los Andes, al difundir textos esenciales de la obra de Foucault en meticulosas traducciones y en hermosa edición que motiva el acercase a sus páginas.