Buscar la palabra perfecta, hallar la coma que resplandezca en el sitio adecuado. Llenar cuartillas con ímpetu desenfrenado y echarlas luego en la papelera con el ánimo presto a llenar nuevas páginas. Ser constante, no desmayar nunca. Ser un Hiro Onoda de la escritura.
Hiro Onoda fue un teniente del ejército japonés quien durante la Segunda Guerra Mundial defendió su puesto militar en una Isla desierta. Onoda se mantuvo vigilante en su puesto aún habiendo culminado la guerra. Su mismo padre fue en su búsqueda para convencerlo de que entregara sus armas porque ya todo había concluído. Onoda se negó y se mantuvo durante 28 años en perpetua vigilancia, constante, anhelando la batalla final y perfecta. Fue el 10 de marzo de 1973 cuando Hiro percibió en la lejanía del mar la llegada de un barco y fue justo el momento cuando decidió entregar su armas. El barco no llevaba más que unos turistas, quienes se sorprendieron en el momento en el cual aparece Hiro entregándose como prisionero.
Quizás en ese preciso instante Hiro Onoda había alcanzado diseñar la estrategia militar perfecta y decidió anularse.
Quizás al alcanzar la escritura perfecta nos hundimos en el silencio...
La referencia histórica acerca de Hiro Onoda no es correcta. No se rindió ane una comitiva de turistas. En principio, desconocía el hecho del final de la guerra, y fué su superior, el mismo que le diera la órden de resistir a toda costa, quien le ordenó casi 30 años después que deponga sus ármas.
ResponderBorrar"Quizás al alcanzar la escritura perfecta nos hundimos en el silencio..." uuuuff esta línea me dejó sin aliento.
ResponderBorrar