31 marzo, 2007

Antigua Semana Santa (O cómo evitar convertirse en pescado)

Marcos López. "Sireno del Río de la Plata". Buenos Aires, 2002.


Muy pocas de las antiguas costumbres de la Semana Santa se han conservado hasta nuestros días; sin embargo, sobre todo en la región andina, algunas se mantienen con un fervor inquebrantable. Durante la Semana Mayor los merideños de antaño se abstenían de comer carne de res, de proferir malas palabras, de maldecir, de barrer la casa y hasta de bañarse, pues según la creencia, quien no hiciera caso a esta última prohibición podría convertirse en pescado. Por esos santos días solía visitar la ciudad gentes de las poblaciones vecinas, quienes venían a participar en los actos religiosos. Se hacían procesiones que salían de todos los templos y recorrían las principales calles de la ciudad. Tanto las familias más acomodadas como las más humildes preparaban, de acuerdo con sus posibilidades, suculentas comilonas en las que destacaban: fiambres, lechones, pavos, corderos, gallinas, pescados, encurtidos, quesadillas e infinidad de dulces. Todas estas delicias, llamadas “siete potajes”, en la mayoría de los casos consistía básicamente en trucha conservada con sal acompañada con sopa de arvejas, arroz, ensalada, cambur verde sancochado, jugo de frutas y dulce de cabello de ángel. Según la tradición, el consumir los siete potajes asegurará el tener comida y prosperidad durante todo el año.
Leamos un fragmento de la obra "Anfisbena, culebra ciega" de José Manuel Briceño Guerrero para recrear la idea de la antigua Semana Santa:

"Ayuno y abstinencia. Los siete potajes de cuaresma. Mamá, ¿qué es abstinencia? El que se baña viernes santo, se vuelve pescao. El que no hace abstinencia, se queda pegao. El que corre patea al Señor. El que grita, grita al Señor. El que corta leña, corta al Señor. El que cocina, cocina al Señor. El que se pela, pela al Señor".


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2 comentarios:

  1. Muy bueno..que mejor momento que Semana Santa para traer un poco de Briceño Guerrero.
    Saludos
    Carolina

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  2. Gracias Carolina, saludos y seguimos leyéndonos

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