El anonimato en todo caso, cualquiera haya sido su causa, nos facilita el juego de rompecabezas que supone la configuración del pensamiento del autor. La ausencia de rostro nos motiva a pensar en un individuo general, abstracto, del que sabemos su gusto por la producción artística europea, su asombrosa actualidad en cuanto al conocimiento de su época, su efervescente ideario de libertad y justicia; en definitiva, un ser guiado por los vendavales de su tiempo.
Creemos en la posibilidad de determinar, por medio de textos literarios, las manifestaciones del sistema de valores o ideologías que conformaban la sociedad americana del siglo XIX. Veamos.
Si nos permitiéramos un ejercicio de exégesis y tomáramos a Xicotencatl como un documento en el cual se halla expuesta la tensión ideológica de la sociedad novohispana, veríamos los primeros pasos para la estructuración del discurso criollo y la construcción del sujeto social hispanoamericano.
En detrimento de la exposición ensayística, pero en beneficio de la intelegibilidad esbozaremos seguidamente los elementos presentes en Xicotencatl que evidencian la crisis del sujeto colonial:
-Visión del otro/otra visión: Xicotencatl nos presenta el discurso de un sujeto marginal (indígena) que se propone recuperar y reapropiar del derecho a la representación, invirtiendo las imágenes, en una especie de relectura del proceso americano. En este sentido, se cuestiona la visión tradicional de la historia:
“En vano los historiadores intentan encubrir la negra infamia con que se cargó para siempre aquel insolente y astuto cuanto afortunado capitán [Cortés]; en vano el vértigo monárquico, que ha embrutecido por tantos tiempos a Europa, nos ha privado de los documentos históricos más preciosos sobre la república de Tlaxcala. El ojo perspicaz del filósofo sabe distinguir, entre el fango y basura que ensucian el papel de las historias, algunas chispas de verdad que no han podido apagar ni el fanatismo ni la servil adulación” (Anónimo, 1964: 161).
Esta narrativa de “rectificación histórica” obedece a una mirada antiimperial y anticolonial, que proyecta en lo imaginario social el envés de la historia de América. Metanarrativa que disloca la mirada imperial, y proyecta un imaginario y una memoria de emancipación.
-Razón/fe: como vimos líneas arriba, la penetración paulatina de las luces en América había conformado un sujeto que fundaba su realidad en la razón. El conocimiento había entonces tomado un nuevo sendero y ya la fe no ostentaba la primacía de la verdad:
“-¿Y qué necesidad hay para eso de unos misterios contradictorios y absurdos cuando tengo mi juicio, que continuamente está midiendo mi flaqueza, y una voz que me dice aquí, en el corazón, que debo ser reconocido y obediente al Autor de todo bien? Mis deberes están bien claros, y, cuando la miseria de mi naturaleza intenta extraviarme de su senda, tengo en mí un instinto, una cosa que me los recuerda y que tú llamas razón. ¿Y quieres que yo renuncie a este gobernante para agradar a Dios? ¿Para qué me lo habría dado en este caso?” (Anónimo, 1964: 135).
-Exordios de tesis: Xicotencatl está compuesta por seis libros, al comienzo de los cuales se estructura, a manera de ensayos ilustrados, la toma de posición del autor. Estos exordios, provenientes de la oratoria clásica y de la poesía épica culta del siglo XVI, evocan textos como los de Rousseau, Montesquieu, entre otros, en los cuales se diserta acerca de la justicia, el poder, la vida de los pueblos...
“¡Pueblos! Si amáis vuestra libertad, reunid vuestros intereses y vuestras fuerzas y aprended de una vez que, si no hay poder que no se estrelle cuando choca contra la inmensa fuerza de vuestra unión, tampoco hay enemigo tan débil que no os venza y esclavice cuando os falta aquella” (Anónimo, 1964: 126).
Esquematizando los temas de los exordios presentes en Xicotencatl, tenemos:
Libro I: relectura de la Conquista.
Libro II: religión como motivo de conquista.
Libro III: virtudes y vicios de los pueblos como motores de su desarrollo.
Libro IV: la unión como fuerza.
Libro V: la osadía y la constancia frente a la cobardía y pereza como elementos de victoria.
Libro VI: la justicia como alma de la libertad. La verdad histórica.
La obra se empapa así de una toma de posición ética, moral y educativa; con ecos de disertaciones antropológicas, de crítica social y económica:
“Hay en la novela frecuentes referencias al esfuerzo que debe hacer un pueblo para conquistar su libertad, para oponerse a la tiranía que lo oprime y acabar con ella. No es difícil ver en estos sentimientos e ideas una muestra de la actitud creada por las recientes luchas de independencia de las antiguas colonias españolas. Y puede decirse que en la novel se ve a la España del siglo XVI, que realizó la Conquista de América, con los mismo ojos desamorados, críticos y hasta hostiles con que los hispanoamericanos de principios del siglo XIX veían a las autoridades y los funcionarios españoles, contra los cuales había luchado y luchaban todavía para obtener su independencia política” (Castro Leal, 1964: 84).
-Hibridez y transgresión: evidencia característica de los nuevos pareceres de la Modernidad, lo constituye el carácter paródico y transgresor presente en Xicotencatl. La obra, confeccionada bajo el código de escritura neoclásica y anticipándose al Romanticismo hispanoamericano (Carilla, 1975), no presenta una escritura pura, sino que danza entre la narración y el ensayo, entre el discurso jurídico, político, romántico e histórico. Para ello, intercala en la novela párrafos de las obras de Antonio de Solís y Fray Bartolomé de Las Casas con la intención de dar verosimilitud a lo expuesto o con la idea de confrontar la otra cara de la moneda histórica. Las asincronías del “senado prehispánico”, la preponderancia del sujeto indígena, la transgresión del modelo de novela y las nuevas lecturas del poder conforman las manifestaciones de la emergencia del sujeto criollo colonial.
-Posibilidades futuras del continente: era común oír a principios del siglo XIX acerca de la declinación del poderío europeo y del consiguiente relevo en el que América tomaría el puesto de potencia mundial. Las utopías del Viejo Mundo le heredaban a la América las repúblicas que no habían podido ser realidad, repúblicas asombrosas. Así, los criollos, como en un sentimiento que les inflaba el ego, tomaban conciencia de su terruño y esgrimían una identidad feudal que les autorizaba a despachar a los españoles y tomar las riendas de su destino, para no decepcionar al mundo:
“–No, adorada Teutila –exclama–, no te abata mi desgracia. Tu Xicotencatl, asesinado vilmente, va a despertar las venganzas de un gran pueblo, y, al correr mi sangre, va a reventar el volcán que debe consumir a los asesinos de la libertad” (Anónimo, 1964: 169).
Y la venganza, para 1826, año de publicación de Xicotencatl, estaba llegando a su fin...
Xicotencatl nos ha demostrado la posibilidad de hurgar en el sistema de valores o ideologías de sociedades precedentes o ajenas. En nuestra opinión, ver a un texto literario como un documento histórico en el que se manifiestan las furias y las penas de los hombres no perjudica para nada su apreciación estética y su “condición literaria”. Al contrario, el tipo de lectura ensayado en estas páginas potencia la esencia misma del concepto de literatura –esbozado en la introducción– y nos permite comprender aún más los intrincados vericuetos de la creación.
En el breve examen realizado a la obra, nos percatamos de las claras nociones de la Modernidad que, como piedrecita en el zapato del alma, perturbaba la condición social del sujeto colonial hispanoamericano. Evidencias como la oposición Razón/Fe, los exordios de carácter “sociológico”, “moral” y “político”, la visión heterológica del proceso americano, el cuestionamiento al discurso histórico tradicional y la consciencia de pertenencia a América, que le hacía dueño de su destino, enfiebraba la mente del criollo y lo impelía a construir una identidad.
Así, en tal situación de conflictividad y de tensión ideológica, el sujeto colonial iberoamericano optó por la idea de nación, problematizando así la relación Europa-América, la condición de las instituciones y la caracterización social de la diversidad de individuos del Nuevo Mundo.
Como vemos, pasado no tan remoto que guarda parte de nuestro modo de ser...
Referencias:
ANÓNIMO (1964) [1826] Xicotencatl. En: CASTRO LEAL, Antonio. La novela del México colonial. México: Aguilar.
CARILLA, Emilio (1975) En romanticismo en la América Hispánica. Madrid: Gredos.
CASTRO LEAL, Antonio (1964) La novela del México colonial. México: Aguilar.
GONZÁLEZ ACOSTA, Alejandro (1992) “El autor de Jicotencal. Hallazgo en Biblioteca Nacional de México”. En: Revista de la Biblioteca Nacional José Martí (Ciudad de La Habana) 83 (1): 125-149, enero-junio.
Hola! estoy buscando impreso, virtual o como sea este libro de Xicoténcatl, me urge para antes del lunes. ¿Dónde loi puedo hallar, aún si fuera prestado? Gracias. Dejo mi correo: maese.chester@gmail.com
ResponderBorrarMagnifico me encanto
ResponderBorrarViva Mexico y sus Raices
Viva Xicotencatl (Jicotencatl Asi esta escrito en el Libro)
Viva Cortes (En el Infierno Eterno y sus mercenarios sedientos de oro
Usted tiene un ejemplar??
BorrarMuy interesante análisis. Yo me encuentro haciendo también un análisis de la fisionomía de Xicohténcatl Axayacatzi, y quiciera preguntar si la imagen de referencia es la portada del libro? Si fué ilustrada por el mismo autor? O cuál es la referencia dd la imagen. Espero respuwsta en ivings.mexico@gnail.com
ResponderBorrar