“Un camino es como un hombre;
la civilización, una red de caminos”
Isilio Rosales
Toda civilización, todo
conglomerado humano, desde las pequeñas aldeas tribales hasta los grandes
imperios tuvieron siempre la necesidad de construir vías que les sirvieran de
sistema circulatorio para el comercio de bienes y la transferencia de ideas. De
allí la importancia dada al camino como metáfora recurrente en antiguos textos
como la Biblia ,
la Ilíada o la Odisea. Luego , con
la enseñanza que deja la experiencia, el ser humano llegó a la conclusión
evidente de que a mayores posibilidades de comunicación, mayor y mejor sería el
desarrollo de una comunidad. La antigua Babilonia aprovechó, por ejemplo, la
estratégica ubicación geográfica que le servía de lugar de encuentro de
culturas orientales y occidentales, convirtiéndose así en la primera gran
civilización del mundo. Es conocida también la importancia que dio el Imperio
Romano a sus vías de comunicación, sustento mismo del Imperio, llegando hasta
nuestros días la expresión “todos los caminos conducen a Roma”, como vestigio
de tan formidable conjunción de contacto y poder. Los Imperios prehispánicos
también sabían de la importancia de la comunicación y de su influencia en el
desarrollo social. Cuéntase en algunos libros de historia, por ejemplo, de la
exquisita e intrincada red de caminos de los aztecas y de los incas, que les
permitía a sus emperadores tener servido pescado fresco en sus mesas, a pesar
de la larga distancia que los separaba del mar. No gratuitamente el
investigador canadiense Harold Innis, poco conocido en el ámbito hispánico,
publicó en 1950 un libro titulado “Imperio y comunicación”, texto que abonaría
el terreno para los futuros estudios sobre la comunicología y en el que intenta
demostrar las relaciones entre la información y el desarrollo social de los
pueblos.
Los indígenas prehispánicos,
habitantes de las tierras que luego se llamarían Venezuela, no eran ajenos a
estas ideas. Cuales telarañas sobre las sabanas, colinas y riscos, los caminos
construidos por los indígenas ofrecían la posibilidad de nuevos horizontes,
nuevos productos y nuevas ideas. Estos caminos, que luego servirían al español
para la empresa conquistadora, serían dejados al olvido, presos del pasto y de
la casi absoluta aniquilación por el transcurrir del tiempo.
Lamentablemente, en el ámbito
venezolano el estudio de los sistemas de comunicación prehispánicos y coloniales
son escasos, por no decir inexistentes. Algunas menciones existen, pero se
restringen a lo anecdótico o a la simple referencia estadística.
Es por ello que este libro de
Isilio Rosales, “Los caminos reales del Estado Trujillo”, viene a inaugurar una
interesante temática para la investigación histórica. De una manera clara y al
mismo tiempo con una rigurosidad documental, este libro de Rosales nos muestra
la historia de las principales vías de comunicación del estado Trujillo
construidas por los indígenas prehispánicos.
Simulando la voz y la admiración
de los cronistas de indias, o la narración de los grandes científicos europeos
del siglo XIX que visitaron estas tierras, el texto de Rosales nos va
descubriendo, cual diario de viajes, la experiencia vivida por el autor en la
búsqueda por los casi desaparecidos caminos reales del estado Trujillo. En ese
ameno recorrido Rosales no solo nos ofrece una descripción física de los
caminos; además, se preocupa por relatarnos la historia viva de los pueblos
aledaños que crecían y aún permanecen en los márgenes de las vías.
Isilio Rosales, eminente
educador trujillano, autor de varias obras sobre la historia regional,
columnista de prensa y asiduo promotor cultural, nos enseña con este libro que
un camino es algo más que una tierra hollada. Un camino, para decirlo con sus
propias palabras, “es como un hombre”. Un camino es como un hombre por su
perenne voluntad hacia el horizonte, por el eterno ímpetu dirigido hacia el
progreso, por la persistente esperanza de realizarse en el contacto con otros
seres humanos. El camino, símbolo material de la comunicación, ha puesto al ser
humano en el tránsito de la evolución y el desarrollo. Cuando los humanos se
juntan para construir sueños, se unen al mismo tiempo los caminos para conseguir
lo imposible.
“Los caminos reales del estado
Trujillo” constituye entonces un indispensable aporte al conocimiento de
nuestro pasado y vale la pena por ello adentrarse en sus páginas.
Los
invito.
(Prólogo
al libro “Los caminos reales del estado Trujillo: historia de las antiguas vías
de comunicación andinas”, de Isilio Rosales, editado en el 2009 por el Fondo
Editorial de la
Universidad de Guayana)
Buenas tardes por favor estoy interesado en obtener información sobre los caminos de trujillano correspondiente al distrito escuque.
ResponderBorrarHola, quisiera saber donde encuentro esta información?
ResponderBorrarSaludos, me interesa el libro "Los Caminos Reales del Estado Trujillo" ... si puedo recibirlo en PDF...? (mi email: josejamar@gmail.com)
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