Desde que el papel hizo aparición en el mundo, su relación con el ser humano ha pasado de la maravilla y el asombro, del mágico invento que preserva la memoria, hasta ser el anticuado objeto que las nuevas "tablets" y "ipads" ven con desdén.
Un pedazo de papel puede convertirse en un gran tesoro para el hombre tras las rejas del cautiverio o para el enamorado que, tras días de ausencia, desconoce las nuevas vicisitudes de su amada.
Un pedazo de papel puede también ser nefasto mensajero de desdichas.
En todo caso, el papel nos ha hecho a su imagen y semejanza pues, en la fragilidad de su ser y en la eternidad de su presencia, podemos vernos como el ser contradictorio que somos.
Quizás del papel venimos y hacia el papel vamos.
Y el papel se llama papel, o quipus, o bytes en un monitor, o tableta electrónica. Saludos.
ResponderBorrar