Corría el año de 1945. Luego de cuatro años de ejercicio democrático y habiendo puesto todo el empeño por realizar un tranquilo tránsito hacia la participación civil en las directrices del gobierno, Isaías Medina Angarita veía culminado su período presidencial y preparaba el terreno para las próximas elecciones, postulando para ello a un civil de sus filas: Diógenes Escalante. El partido opositor de entonces, Acción Democrática, liderado por Rómulo Betancourt, había acogido la idea del candidato. Reinaba entonces un clima de paz en aquella temporada de elecciones; y la verdad es que Diógenes Escalante tenía sobradas razones para inspirarlo: tachirense (respetando así la “hegemonía andina”), civil (dando paso a una participación total de la sociedad), inteligente (canciller en los Estados Unidos con distinguidos títulos universitarios). Así que se designó este candidato en ausencia, pues estaba en Nueva York ejerciendo cargos diplomáticos. Al llegar a Caracas se hospedó en el Hotel Ávila. Pero el destino, como dicen algunos, es un burlón arlequín que hace mil piruetas para animar al mundo. Resulta que un día, Diógenes Escalante, el candidato conciliador, llama por teléfono al secretario del presidente Medina, Arturo Úslar Pietri:
-Sí, diga... –Preguntó Úslar.
-Doctor Úslar, tengo un problema muy grave, me han robado...
-¡Cómo que lo han robado Dr. Escalante!
-Sí, me han robado.
-¿Y qué le robaron?
-Los pañuelos.
-¿Cómo que le robaron los pañuelos? ¿Unos pañuelos nuevos?
-No, no, no, véngase por aquí, eran tres mil pañuelos que tenía en la gaveta.
A Arturo Úslar Pietri le extrañó la respuesta e inmediatamente llamó a Rafael Vegas, ministro de Educación y médico siquiatra:
-Rafael, llégate donde Escalante y habla con él. Está pasando algo raro.
Rafael Vegas va al Hotel Ávila y al regreso da su diagnóstico definitivo y aterrador:
-Escalante está loco de bola.
Entonces el clima de paz comenzó a deteriorarse. ¿Cómo buscar un nuevo candidato en tan poco tiempo y que además tuviera la aceptación de todos los sectores: Ejército, AD y el PCV?
La pugna por la presidencia, que estaba apaciguada por la concertación de la figura de Diógenes Escalante, despertó con más furia. Acción Democrática veía restringida la posibilidad de ingresar al poder. Eleazar López Contreras propuso su propio nombre para ser candidato, pero Medina no aceptó esa propuesta por considerar que sería mal vista por el pueblo, pareciendo que querían intentar perpetuarse en el poder alternándose en el cargo. Ante la negativa de Medina, Eleazar López Contreras se lanzó de manera independiente como candidato a la presidencia. El Partido Democrático Nacional, partido del gobierno medinista, postuló a su ministro de Agricultura, el tachirense Ángel Biaggini. Biaggini no tenía suficiente aceptación en los distintos sectores de la sociedad, pero el tiempo apremiaba.
El 30 de septiembre de 1945 el PDV designó oficialmente a Ángel Biaggini como candidato a la presidencia de la República. En el acto, un periodista de Últimas Noticias, medio de comunicación lopecista, se acercó a Biaggini y le pidió una declaración autógrafa. Biaggini escribe un amplio agradecimiento y Últimas Noticias lo publica en primera página de la edición del 1 de octubre de 1945. Para sorpresa de muchos, en el agradecimiento aparece un error ortográfico: “entuciasmo”, con “C”.
El poco apoyo que tenía Biaggini comenzó a abandonarlo, esgrimiendo las razones de que un futuro presidente de la República tenía que ser una persona culta. En El Nacional, del jueves 4 de octubre, apareció en la página 9 una nota titulada “Ortografía”, que a continuación transcribimos:
“Uno de los acontecimientos más sensacionales de los últimos tiempos lo ha sido el autógrafo del doctor Biaggini, publicado por ‘Últimas Noticias’, en el cual aparece escrita con ‘c’ la palabra entusiasmo.
La prensa lopecista ha arremetido furiosamente contra tal gazapo, sosteniendo que un ciudadano con deficiente ortografía no tiene derecho a presidir esta República.
Protestamos. No porque nos agrade la ortografía del doctor Biaggini, sino porque el general Gómez escribía entusiasmo con ‘h’, presidió la República, y los que hoy son directores de los periódicos lopecistas no dijeron ni pío. M.F.”.
Los pocos partidarios de Biaggini justificaron el hecho diciendo que el periodista de Últimas Noticias le había entregado al candidato un lápiz de grafito, y que luego, a propósito, cambiaron la palabra. Esto nunca pudo saberse.
Seis días después, motivado por la tensión y el desasosiego electoral de no existir un candidato que conciliara las aspiraciones de todos los ámbitos de la sociedad, Acción Democrática en confabulación con un sector del Ejército dio el golpe de Estado.
Lo demás es vieja historia...
-Sí, diga... –Preguntó Úslar.
-Doctor Úslar, tengo un problema muy grave, me han robado...
-¡Cómo que lo han robado Dr. Escalante!
-Sí, me han robado.
-¿Y qué le robaron?
-Los pañuelos.
-¿Cómo que le robaron los pañuelos? ¿Unos pañuelos nuevos?
-No, no, no, véngase por aquí, eran tres mil pañuelos que tenía en la gaveta.
A Arturo Úslar Pietri le extrañó la respuesta e inmediatamente llamó a Rafael Vegas, ministro de Educación y médico siquiatra:
-Rafael, llégate donde Escalante y habla con él. Está pasando algo raro.
Rafael Vegas va al Hotel Ávila y al regreso da su diagnóstico definitivo y aterrador:
-Escalante está loco de bola.
Entonces el clima de paz comenzó a deteriorarse. ¿Cómo buscar un nuevo candidato en tan poco tiempo y que además tuviera la aceptación de todos los sectores: Ejército, AD y el PCV?
La pugna por la presidencia, que estaba apaciguada por la concertación de la figura de Diógenes Escalante, despertó con más furia. Acción Democrática veía restringida la posibilidad de ingresar al poder. Eleazar López Contreras propuso su propio nombre para ser candidato, pero Medina no aceptó esa propuesta por considerar que sería mal vista por el pueblo, pareciendo que querían intentar perpetuarse en el poder alternándose en el cargo. Ante la negativa de Medina, Eleazar López Contreras se lanzó de manera independiente como candidato a la presidencia. El Partido Democrático Nacional, partido del gobierno medinista, postuló a su ministro de Agricultura, el tachirense Ángel Biaggini. Biaggini no tenía suficiente aceptación en los distintos sectores de la sociedad, pero el tiempo apremiaba.
El 30 de septiembre de 1945 el PDV designó oficialmente a Ángel Biaggini como candidato a la presidencia de la República. En el acto, un periodista de Últimas Noticias, medio de comunicación lopecista, se acercó a Biaggini y le pidió una declaración autógrafa. Biaggini escribe un amplio agradecimiento y Últimas Noticias lo publica en primera página de la edición del 1 de octubre de 1945. Para sorpresa de muchos, en el agradecimiento aparece un error ortográfico: “entuciasmo”, con “C”.
El poco apoyo que tenía Biaggini comenzó a abandonarlo, esgrimiendo las razones de que un futuro presidente de la República tenía que ser una persona culta. En El Nacional, del jueves 4 de octubre, apareció en la página 9 una nota titulada “Ortografía”, que a continuación transcribimos:
“Uno de los acontecimientos más sensacionales de los últimos tiempos lo ha sido el autógrafo del doctor Biaggini, publicado por ‘Últimas Noticias’, en el cual aparece escrita con ‘c’ la palabra entusiasmo.
La prensa lopecista ha arremetido furiosamente contra tal gazapo, sosteniendo que un ciudadano con deficiente ortografía no tiene derecho a presidir esta República.
Protestamos. No porque nos agrade la ortografía del doctor Biaggini, sino porque el general Gómez escribía entusiasmo con ‘h’, presidió la República, y los que hoy son directores de los periódicos lopecistas no dijeron ni pío. M.F.”.
Los pocos partidarios de Biaggini justificaron el hecho diciendo que el periodista de Últimas Noticias le había entregado al candidato un lápiz de grafito, y que luego, a propósito, cambiaron la palabra. Esto nunca pudo saberse.
Seis días después, motivado por la tensión y el desasosiego electoral de no existir un candidato que conciliara las aspiraciones de todos los ámbitos de la sociedad, Acción Democrática en confabulación con un sector del Ejército dio el golpe de Estado.
Lo demás es vieja historia...
ja,ja,ja, las sorpresas que te depara el destino al no escribir correctamente as palabras. Por eso es que digo NO HAY QUE PEDIRLE PERAS AL HORNO!!!!!!.
ResponderBorrarUn abrazo!!!!!
Me causa curiosidad que en aquel entonces la gente si tomara en cuenta esos "detalles" de los dirigentes, y que actualmente parecierda resbalarnos como venezolanos exigirles cierta preparación academica.
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