09 diciembre, 2015

Nadie se roba los columpios


Esta edición de los mejores relatos de Fabio Morábito, antecedida por un prefacio del laureado poeta venezolano Eugenio Montejo, es un festín de palabras justas, calibradas según el buen oficio del decir, y representa además un manjar para la vista debido a la hermosa y cuidada labor editorial de Bid&Co.
Doce cuentos magistrales componen este libro de Fabio Morábito, nacido en Alejandría, de padres italianos y radicado desde muy joven en México, quien se ha convertido ya en un escritor de referencia de la literatura hispanoamericana con su variada producción poética, narrativa, ensayística, infantil y de traducción que alcanza la veintena de libros y han sido traducidos al alemán, inglés, italiano, francés y portugués.
Algunos de los cuentos de la edición, como “La cigala”, “Los crucigramas” o “Mi padre”, deben considerarse ya como parte de la mejor literatura de nuestro continente, cuentos en los cuales los adjetivos y las frases precisas nos recuerdan que la realidad está hecha también de incertidumbres. La locura, el desasosiego, la sinrazón, la maravilla que se esconden detrás de la razón y la lógica de lo cotidiano, son el leit motiv de la obra narrativa de Fabio Morábito, quien con sus cuentos logra mostrarnos los pliegues de la realidad por donde podemos atisbar el reverso del mundo.
Al mejor estilo de Kakfa, Cortázar o Salvador Garmendia, los cuentos de Fabio Morábito seleccionados para esta edición, y que provienen de los libros “La lenta furia (1989), “La vida ordenada” (2000) y “Grieta de fatiga” (2006), son la mejor manera de entender nuestra realidad a través de la litertura más reciente y sorprendernos así de nosotros mismos. 
Eugenio Montejo, en el prefacio del libro, conjetura la posibilidad de que el propio autor resulte impresionado al ver el resultado de su creación: “Quizás Morábito pertenezca a esa rara estirpe de narradores que suelen escribir una historia para indagar cómo finalmente han ocurrido las cosas. Llegamos a creer que no pocas veces termine por ser el primer sorprendido”.
Les aseguro que estas 117 páginas de “Nadie se roba los columpios” nos contagiará irremediablemente de ese asombro.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario