26 octubre, 2007

¿Para qué sirve un Licenciado en Letras?

En Venezuela existen ofertas de licenciaturas en Letras en las cuatro principales universidades del país. Desde mediados del siglo XX, la Universidad Central de Venezuela (Caracas), la Universidad de Los Andes (Mérida), La Universidad del Zulia (Maracaibo) y últimamente la Universidad Católica Andrés Bello (Caracas), ofrecen a la sociedad venezolana la formación de un individuo especialista en lengua y literatura. En todos esos casos en donde se oferta la Licenciatura en Letras, se expresa como perfil teleológico del egresado, es decir su sentido de formación, el ejercer la actividad docente y de investigación.

En un sencillo ejercicio comparativo, pude percibir en todos los planes de estudios de la Licenciatura en Letras, en los programas de las asignaturas y en sus prácticas pedagógicas, algunos aspectos fundamentales:

1.- Los estudios literarios están centrados en el objeto y no en el método: El acento en la formación del Licenciado en Letras debe estar en el aprendizaje de “métodos”, “tipos de análisis”, “formas de lectura” y no en el mero conocimiento de las obras literarias existentes en una región o época en particular. Con el uso de las nuevas tecnologías, la posibilidad del acceso a la información no es exclusivo de ciertas comunidades. Ahora la enseñanza debe enfocarse, por lo tanto, más que en el contenido, en dar herramientas para crear conocimiento. Aquello es información; esto, formación. Por lo tanto, las menciones de la Licenciatura no deberían estar distribuidas en “lengua y literatura hispanoamericana y venezolana” o en “letras hispánicas”, sino que éstas deberían ser excusa para el estudio profundo de los métodos. En ese sentido, no conozco en Ingeniería una mención “Cable” ni en Medicina una mención “Bisturí” o “Gasa”.

2.- En las Escuelas de Letras reina el prurito hacia la especialización: Es tal el amorfismo y variedad de los planes de estudio que su diversidad lo torna inoperante, resultando entonces contradictoria la oferta de la carrera al describir como perfil axiológico del licenciado en Letras a un especialista en lengua y literatura, docente, investigador, editor, corrector, gerente y promotor cultural, cuando la realidad de la práctica pedagógica evidencia ausencia, en algunos casos más que otros, de materias que orienten la formación de esas profesiones. Mientras no se tenga claro el oficio del Licenciado en Letras nunca se realizará a conciencia una reforma sustanciosa del pensum.

3.- Predomina el análisis histórico por sobre el teórico y el crítico: Entendiendo la consabida conformación de la literatura en teoría, historia y crítica literarias, ámbitos que se entrelazan para definir así a la ciencia literaria, en los planes de estudio de la Licenciatura en Letras se evidencia un predominio por la historia, ocupando gran parte del ejercicio de enseñanza aprendizaje en el conocimiento de las literaturas nacionales y regionales (Literatura venezolana I y II; Literatura hispanoamericana I, II y III), relegando a la teoría y a la crítica como meros añadidos. En la mayoría de los casos, una asignatura llamada “Teoría Literaria”, presentada en uno o dos niveles, sin conexión evidente con el resto de las asignaturas, ofrece las herramientas para tan crucial conocimiento. Debe entenderse al estudiante universitario como un investigador, como un generador de conocimiento, y no como un repetidor de información digerida con anterioridad en manuales. De la misma manera, desde la reforma universitaria de 1969, los planes de estudio de Letras han obviado el estudio de la métrica, retórica y recursos estilísticos, despojando de las herramientas para valorar y diferenciar las formas literarias.

Una recomendación apremiante, luego de esbozado algunos puntos encontrados en este ejercicio, es que las Escuelas de Letras del país deben formar una red de discusión permanente acerca del sentido de estudiar literatura en la Venezuela de hoy. Que de esta discusión se entienda que el fluir constante del mundo no debe reñir ni estar ajeno a los planes de estudio y que éstos deben, en perpetuo movimiento, seguir los vaivenes de la realidad. Que se transformen los planes de estudio pero, más allá, que el mismo quehacer dentro de las aulas cambie radicalmente.

Ya Ángel Rama había dado la misma voz de alarma en 1978, cuando expresaba en una entrevista:

La Escuela de Letras debe preparar profesionales para un determinado medio que es la Venezuela de hoy, para las necesidades de Venezuela hoy en materia de profesionales de Letras. Este es el problema de la Escuela que hay que contemplar, y yo creo que no se lo ha planteado la Escuela seriamente. A partir del momento en que lo planteamos, empezamos entonces a darnos cuenta de los errores que tiene el pensum, de los errores que tiene el sistema de estudio, porque el problema es si este profesional sirve o no sirve a la sociedad, qué es lo que necesita darles; porque hay una experiencia que tiene la mayoría de los que egresan: egresan y no tienen instrumentos para luchar en la vida, egresan y no saben cómo actuar, cómo desarrollarse, dónde ir, dónde trabajarlas herramientas.

La actualidad demanda del Licenciado en Letras un pleno conocedor de los procesos de creación de las sociedades y de cómo estas creaciones ayudan a entender a la sociedad misma. Que el Licenciado en Letras sea un animador cultural y permita canalizar las inquietudes de expresión de los individuos. Que el Licenciado en Letras haga suya la perentoria tarea de fomentar la lectura. Un escrutador de los resortes ocultos de la existencia de las comunidades. Que, en definitiva, el Licenciado en Letras sea un investigador activo de la cultura.

21 octubre, 2007

COLECCIÓN PAPIROS 2007 SE PRESENTARÁ EL 14 DE NOVIEMBRE EN CIUDAD BANESCO


Rafael Cadenas y Diego Rojas Ajmad (ensayo), Antonieta Madrid y Héctor Torres (narrativa) y Luisana Itriago y Pausides González (poesía) son los autores cuyos libros integran la Colección Papiros 2007, a ser presentada el próximo miércoles 14 de noviembre a las 7.30 pm., en la sede principal de BANESCO, nuestro patrocinante a partir de este año. De acuerdo con el concepto de esta colección, orientada a promover la creatividad literaria en los jóvenes escritores, en cada serie alterna un creador de mayor trayectoria con un talento en formación. La serie poesía será presentada por Lourdes Sifontes y está integrada por El resplandor del instante, una compilación de siete poemarios de Luisana Itriago que prologa Joaquín Marta Sosa, así como por Libro del aire, segundo poemario de Pausides González. Carmen Vincenti, por su parte, prologa y presenta la segunda edición de Ojo de pez, novela de Antonieta Madrid publicada originalmente en 1990 y ganadora del Premio Único de la Bienal de Literatura José Rafael Pocaterra 1984, así como el volumen de cuentos El amor en tres platos, del narrador y editor digital Héctor Torres. Finalmente, Ricardo Bello dirá las palabras de presentación de la segunda edición de Realidad y literatura, el conocido ensayo de Rafael Cadenas, publicado originalmente por Equinoccio en 1979 y prologado ahora por Luis Miguel Isava; así como Mundos de tinta y papel: el libro en la Venezuela colonial, de Diego Rojas Ajmad, ganador en 2006 del Premio Bienal de Ensayo Enrique Bernardo Núñez. Con estos seis nuevos Papiros, se consolida esta colección que fuera relanzada en marzo pasado con un novedoso diseño de portada original de Analiesse Ibarra, desarrollado en esta ocasión por nuestro diseñador de planta Luis Müller.

La Editorial Equinoccio agradece la divulgación de este boletín.
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