20 noviembre, 2016

Diccionarios literarios del Caribe hispánico (Cuba, Puerto Rico y República Dominicana)


Cuba:

-Calcagno, Francisco. Diccionario biográfico cubano. Nueva York: Ponce de León, 1838.

-Capote Cruz, Zaida y Romero, Cira. Diccionario de obras cubanas de ensayo y crítica. La Habana: Instituto de Literatura y Lingüística “José Antonio Portuondo”, 2013.

-Figarola-Caneda, Domingo. Diccionario cubano de seudónimos. La Habana: El Siglo XX, 1922.

-Ford, Jeremiah y Maxwell, Raphael I. A bibliography of Cuban belles-lettres. Cambridge, Harvard University Press, 1933. x+20 4 p. (M.P . González, HR , vol. Il, 1934, 171-175.)

-García, Marlene y Alonso, José Ramón. Diccionario ilustrado de voces eróticas cubanas (Para entender la literatura cubana hoy). Madrid: Celeste Ediciones, 2001.

-Herrera Rojas, Ramón Luis y Estupiñán González, Mirta. Diccionario de autores de la literatura infantil cubana. La Habana: Unión y Gente Nueva, 2015. 2 tomos.

-Instituto de Literatura y Lingüística de la Academia de Ciencias de Cuba. Diccionario de la literatura cubana. La Habana: Letras Cubanas, 1980. 2 tomos. (versión digital de 1999 en: http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/diccionario-de-la-literatura-cubana--0/html/).

-Márquez, J. Diccionario geográfico, biográfico, estadístico, bibliográfico, histórico, económico y mercantil de la isla de Cuba, 1875. BA N (La Habana), vol. XXIV , 1925, p. 81-250.

-Trelles, Carlos María. Ensayo de una bibliografía cubana de los siglos XVII y XVIII, seguido de unos apuntes para la bibliografía dominicana y portorriqueña. Matanzas, 1907; La Habana, 2.» ed. 1927. 463 p.


Puerto Rico:

-Asenjo, Conrado. Quién es quién en Puerto Rico. Diccionario biográfico de récord personal. San Juan, P. R., Imp. Venezuela, 1933-34; nueva ed. 1948-1949.

-Castillo, Rafael del. Gran diccionario geográfico, estadístico e histórico de España y sus provincias de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y posesiones de África. Barcelona, Henrich, 1889-18894, 4 vols.

-Hill, Marnesba D. Y Harold B. Schleiffer. Puerto Rican authors: a bibliographic handbook. Metuchen, NJ. Scarecrow Press, 1974. 277 p. (Edición bilingüe, traducción al castellano por Daniel Maratos).

-Hostos, Adolfo de. Tesauro de datos históricos. Índice compendioso de la literatura histórica de Puerto Rico. San Juan, 1948. 3 v.

-Hostos, Adolfo de. Hombres representativos de Puerto Rico. San Juan, P. R., 1961.

-Hostos, Adolfo de. Diccionario histórico bibliográfico comentado de Puerto Rico. Barcelona, Academia Puertorriqueña de la Historia, 1976.

-Island Finance. Puertorriqueños ilustres. San Juan, P. R., Editorial Cordillera. 1994.

-Pedreira, Antonio S. Bibliografía puertorriqueña (1493-1930). Madrid, Imprenta de la Librería y Casa Editoria Hernando, 1932. 707 p.

-Puerto Rico, Ateneo Puertorriqueño. Catálogo por orden alfabético de autores y materias de las obras existentes en la biblioteca del Ateneo Puertorriqueño. Puerto Rico, 1897. 63 p.

-Puerto Rico, Biblioteca del Colegio de Abogados. Catálogo por orden alfabético de autores y materias de las obras existentes en la Biblioteca del Ilustre Colegio de Abogados de la isla de Puerto Rico. Puerto Rico, González, 1882. 108 p.

-Rivera, Guillermo. A tentative bibliography of the belles-lettres of Porto Rico. Cambridge, Mass., Harvard University Press, 1931. 61 p.

-Rivera de Álvarez, Josefina. Diccionario de Literatura Puertorriqueña. Rio Piedras, P. R., U. P. R. ed. La Torre. 1ª ed. 1955. 2ª. ed. 1970. 3ª. ed 1985.


República Dominicana:

-Colson, Jaime. Diccionario de autores dominicanos (1492-2003). 4ta. Ed. Santo Domingo: Editora de Colores, 2003.

-Gutiérrez, Franklin. Diccionario de la literatura dominicana. Biobibliográfico y terminológico. Santo Domingo: Búho, 2004.

-Henríquez Ureña, Pedro. Bibliografía literaria de Santo Domingo. Repertorio Americano (San José), 1929, num. 7, p. 12 y 14.

-Mena, Miguel. Diccionario de las letras dominicanas. Santo Domingo: Ediciones del Cielonaranja, 2004.


-Waxman , Samuel M . A bibliography of the belles lettres of Santo Domingo. Cambridge, Mass., The Harvard University Press, 1931. x+3 1 p. (Pedro Henríquez Ureña, RFE, vol. XXI , p. 293-309).

22 agosto, 2016

Ender: el que sabe cuál profesión elegir

Imagen tomada de AQUÍ

La fama de Ender se ha desperdigado por el barrio y, además de la política, la inseguridad y las hazañas que hay que emprender para hacerse de algún alimento o producto de aseo personal, es de quien hablan en todas las casas y veredas de la zona. ¿El motivo?: es el único que antes de graduarse de bachiller ya sabe cuál carrera universitaria elegir.

A diferencia de sus compañeros de liceo, Ender no ha torturado a sus padres con las persistentes preguntas sobre cuál profesión sería la más adecuada y rentable (y el cariño de lo padres siempre entiende lo más adecuado como lo más rentable). Por ello en la casa de Ender jamás se ha oído conversación alguna acerca de la conveniencia de no estudiar Medicina por el miedo a la sangre y el poco espíritu de servicio. Nunca alguien frunció el entrecejo cuando mencionaban las dificultades de la Matemática y la consecuente ineptitud para la Ingeniería o la Administración. De ningún modo se atisbaba una pizca de preocupación por la sobreabundancia de abogados. En absoluto el temor del desempleo por Letras o Arte, o el optimismo por Cocina o Idiomas como posibilidad para asegurar un boleto que facilitara el azaroso exilio. Jamás de los jamases estas frases animaron alguna charla durante el almuerzo. Ninguna de ellas, comunes en cualquier familia con hijos que rondan los quince años, se han oído en la casa de Ender.

En el resto de los hogares venezolanos ocurre lo contrario. Recurrentemente la incertidumbre invade la tranquilidad de las familias cuando el muchacho, acongojado, levanta la mirada de su teléfono y pregunta: “¿qué voy a estudiar?”. Esa frase es el “¿de dónde vienen los niños” de la adolescencia pues la angustia y el titubeo de los padres no hacen esfuerzo alguno por aparecer: “No sé..., lo que quieras...”. “Pero ni se te ocurra agarrar una carrera de esas que te convertirá en un muerto de hambre”. “La próxima semana vamos al psicólogo”. Los números, aunque difamados de fríos e insuficientes, podrían mostrarnos esta cotidiana confusión familiar en el aumento de las consultas que se realizan a los orientadores vocacionales o en los índices de deserción o cambio de carreras.

Mucha de la culpa la tiene el bachillerato ("martirierato", le llamó Freud en una carta de 1873) y su terca desvinculación con la vida. El bachillerato no propicia la exploración por las inclinaciones profesionales. No fomenta ni consolida la ciudadanía (empeñada en una obligatoria formación premilitar, basada en el orden y el acato sin cuestionamiento). No enseña a domeñar los conflictos emocionales. No forma en el trabajo práctico y es por ello, cuando rara vez ocurre, que la felicidad invade el rostro por el trabajo hecho con las propias manos. Biología, Química, Física, Historia, Matemática, Lengua, Educación Física, Dibujo, Inglés, Filosofía, Arte e Instrucción Premilitar, entre otras del mismo pelaje, parecieran empeñarse en formar "googles andantes", concursantes de "Quién quiere ser millonario" prestos a soltar un dato de la jaula de la memoria, pero inútiles tanto en lo productivo como en lo social y lo emocional. ¿Qué sabe hacer un bachiller recién graduado? ¿Qué de lo aprendido en el liceo le servirá para vivir?

Ender ya sabe qué estudiar y, para tranquilidad de su familia y envidia de las familias del barrio, seleccionó sin vacilación sus opciones en la oferta del Sistema Nacional de Ingreso Universitario de la OPSU. Dentro de algunas semanas comenzarán sus clases y tal vez no tenga dinero para el pasaje, para las fotocopias o para el almuerzo, pero estará feliz. Ya esa es otra historia...

14 febrero, 2016

Historias detrás del son: Himno al amor.

Hace algunos años padecí la adictiva experiencia de la radio. "Cultura Sónica" se llamaba el programa que hacíamos varios profesores del Centro de Investigaciones y Estudios en Literatura y Artes de la Universidad Nacional Experimental de Guayana y en él, semanalmente y de una hora de duración, hablábamos de la cultura y de cómo ella podría ayudarnos a entender el mundo (y entendernos). Allí estuve a cargo de una sección llamada "Historias detrás del son" y aquí les traigo una muestra precisamente en ocasión del día del amor y la amistad.

Bien valen los recuerdos.

13 enero, 2016

El disparatado Sherlock Holmes de Enrique Jardiel Poncela


Pudiera entenderse el relato policial, con Auguste Dupin y Sherlock Holmes a modo de sus personajes representativos, como uno de los signos de la exaltación de la razón y el método científico que caracterizó el pensamiento de la segunda mitad del siglo XIX. Época del Positivismo como corriente filosófica dominante, en la cual la lógica, el método y la razón debían certificar todo enunciado que quería asumirse como verdadero, el detective de los relatos policiales fungía como representante de esta nueva era racional. Sin embargo, este fervor y optimismo por la ciencia comenzó a resquebrajarse a principios del siglo XX debido, entre muchas otras causas, a la influencia ejercida por las corrientes irracionalistas y el desdén y pesadumbre causados por las guerras mundiales. Así, comienzan a aparecer en la literatura parodias del detective, en la cual la sinrazón, la locura y el anticientificismo son predominantes. Una de esas parodias del detective es la realizada por el español Enrique Jardiel Poncela en Novísimas aventuras de Sherlock Holmes, de 1930, en la cual se centra la parodia en la patologización del detective, en la destrucción del paradigma indicial y en la deconstrucción del enigma. Esta propuesta de Jardiel Poncela se enmarca en una crítica al saber científico y a sus promesas de bienestar y desarrollo. El loco y delirante Sherlock Holmes de Jardiel Poncela es una manifestación del descrédito de la razón que años antes avizoraba Nietzsche.

Ya nada es elemental, mi querido Watson.