26 enero, 2009
16 enero, 2009
La injusticia más grande del mundo
Por Manuel Bazó.-
Imagina que el lugar donde naciste y donde siempre has vivido nunca fue tuyo. Imagina que alguien que vino de muy lejos decidió mudarse a tu tierra sin pedirte permiso alegando que, hace mucho tiempo, allí vivieron los ancestros de sus ancestros. Imagina ahora, que tras tu inquilino forzoso viene otro y otro y otro. Imagina que un día te dicen que quieren fundar allí mismo su país. Que ese país lo harán con su propia religión, sus propias leyes y sus propias costumbres, pero que están dispuestos a dejar un lugar para ti.
06 enero, 2009
Zombi para Gaza
"Zombi"
The Cranberries
Otra cabeza cae
Un niño muere lentamente
Y la violencia causa silencio
¿Cuál ha sido nuestro error?
Pero ves que no soy yo
Que no es mi familia
En tu cabeza,
En tu cabeza ellos están luchando
Con sus tanques y sus bombas
Y sus bombas y sus armas
En tu cabeza,
en tu cabeza ellos están llorando
En tu cabeza, en tu cabeza
Zombi, zombi, zombi
¿Qué hay en tu cabeza?, en tu cabeza
Zombi, zombi, zombi
Otro corazón roto de una madre
Se está muriendo
Cuando la violencia causa silencio
Es que debemos estar equivocados
Es el mismo viejo tema desde 1916
En tu cabeza
En tu cabeza
Ellos aún están luchando
Con sus tanques y sus bombas
Y sus bombas y sus armas.
En tu cabeza
En tu cabeza ellos están muriendo
En tu cabeza, en tu cabeza
Zombi, zombi, zombi
¿Qué hay en tu cabeza?, en tu cabeza
Zombi, zombi, zombi
04 enero, 2009
Top Ten de lo que más odio acerca de los libros
-Que te sugieran que regales los libros de tu biblioteca porque ya los leíste.
-Que te pregunten cuando observan tu biblioteca si la has leído toda.
-Que prestes un libro a un amigo y nunca te lo devuelva.
-Que un amigo te preste un libro y luego esté detrás de ti por meses y años infructuosamente para que se lo devuelvas.
-Que te recriminen constantemente: “Muchacho, no lea después de comer que se volverá loco”.
-Que te maten las ganas en Carnaval, Semana Santa, Agosto o Diciembre diciéndote: “¿Para qué mete libros en la maleta? ¿No está de vacaciones?”.
-Que le apliquen el Feng Shui a tu biblioteca y te cambien de lugar los libros.
-Que andes con una creyente de la Nueva Era y te grite en plena calle: “No compres libros viejos, no ves que eso trae energía negativa del dueño anterior”.
-Que tu novia te dé la opción fulminante: “O los libros o yo”.
03 enero, 2009
Entre olvidos y memorias
¿Recuerdas tú otra cosa?
02 enero, 2009
Gaza
-o-
A Yamil Ajmad, mi abuelo, quien fue uno de los 780.000 palestinos que a mediados del siglo XX fueron desalojados de su tierra y partieron hacia nuevos mundos.
Supe ver desde pequeño, en los grises ojos de mi abuelo inmigrante, una nostalgia de infinitas leguas, un recordar de mirada perdida al horizonte. Esa certeza se me hacía evidente cuando mi abuelo cancelaba su silencio y me hablaba de extraños lugares como Galilea, Samaria, Judea, el Hebrón...; sudaba cuando mencionaba la aridez del desierto de Néguev y sentía una gran emoción cuando surgía de sus labios la palabra Jordán: entonces sus palabras corrían como arroyo, terminando de refrescar la tarde cuando mencionaba el lago Tiberíades y el mar Muerto. Recuerdo que me decía en tono melancólico, con una sonrisa que no era de las suyas, que en esa lejana tierra uno se podía hallar tan cerca del cielo como del infierno (años después supe de lo que me hablaba, al encontrar en una vieja enciclopedia que Palestina era Tierra Santa y en ella se encontraba el punto más bajo de la superficie terrestre –395 mbnm–). Mi abuelo continuó su historia y me habló de los cananeos, los primeros habitantes conocidos de Palestina. Me dijo que eso fue por allá por el tercer milenio a.C., fecha que no supe imaginar, y que desarrollaron un alfabeto del cual se derivaron otros sistemas de escritura. "Así, Palestina es cuna de la escritura y la religión", me dijo orgulloso con tono de maestro. "Todos los caminos conducían a Palestina", decía mi abuelo, y explicaba que por su localización se constituía en centro de las rutas que unían tres continentes, llegando así a ser punto de confluencia de manifestaciones religiosas y culturales procedentes de Egipto, Siria, Mesopotamia y Asia Menor... El silencio volvió a los labios de mi abuelo. En el temblor de su pupila perdida vi a su familia, mi familia, bajo el terror de la guerra en la lucha justa por el despojo de sus tierras perpetrada de la manera más vil y canalla por las tropas israelíes. Una invasión de tierra y de alma que produjo el exilio de 780.000 palestinos, quienes desandaron los caminos que antaño servían de comercio y progreso y que ahora les mostraba el ancho mar Mediterráneo como pórtico a lo inesperado. ¿Qué pensaría mi abuelo con las sandalias aún llenas de polvo y apoyado sobre la baranda del barco que cruzaba pausadamente el Atlántico? Ya no lo sabré nunca, pues hace casi veinte años que murió. Por ello nunca supo de la firma del acuerdo de paz celebrado en 1993 entre Yaser Arafat e Isaac Rabín, pero sé que si lo hubiera visto habría vuelto a poner su mirada perdida y diría que un trato con judíos, en tierra de Estados Unidos, es siempre un trato perdido. Sé, abuelo, que con los últimos acontecimientos de ataques israelíes, apoyados por las sandeces de Bush y Rice, habrías exhalado un suspiro de dátil y aceituna y lanzarías al cielo una de esas malas palabras en árabe que nunca quisiste enseñarme a pronunciar.
01 enero, 2009
América y otros cafés
Leo el poemario "América y otros cafés" (2007) de Daniela Saidman (Ciudad Guayana, 1977) e inmediatamente presiento en entrelíneas a María Calcaño, Eugenio Montejo y Alfonsina Storni haciendo de coro a estos profundos versos.
En este poemario de Saidman, genealogías literarias aparte, habita una voz propia que busca expresar las vicisitudes del amor ido, los sinsabores de una cotidianidad inhumana y un erotismo vibrante poetizados con una exigente labor de selección de imágenes y palabras.
"América y otros cafés", su segundo poemario, es signo de un promisorio futuro de la poesía venezolana.
Jazz
suena en esta portátil
que sabe de algunas asignaciones
de trámites y denuncias
notas de prensa
política regional
izquierdas y derechas
pero poco de tu nombre
de la consecuencia de desearte
en esta noche entrada en ausencias
tampoco sabe de ti
de la sonrisa después del placer
el invento de anudarme a tu cintura
de creerme inocente en el roce
de salvarme de todo
incluso de lo que no puedo salvarme
te reinvento en la noche
en que quisiera me esperaras
en la que cuento apenas con unas líneas
parpadeando en la pantalla
y el saxo sonando insomnios